Cuatro poemas de Saray Salce (España, 1992)

Saray Salce (Tenerife, Canarias, 1992). Es bailarina aérea, fisioterapeuta y escribe. Entiende el mundo como una bola a reventar de sensaciones que la estimulan y debe procesar. Escupe palabras porque de pequeña su madre le dijo que escupir en la calle estaba mal. Cuando no sabe qué decir, su cuerpo habla por ella. Cuando la vida la embucha se pone a leer, sobre todo cuerpos ajenos. Ha participado en ediciones de Poetry Slam Tenerife, quedando en primer puesto y ha sido finalista en Luchalibro Canarias. Se acuesta todas las noches con una impostora y cuando despierta recuerda que es un síndrome.

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¿oyes el sonido de inicio?

 

yo me compraría una casa teta

toda líquida

a reventar de camas de agua

saltando de unas a otras sin lastimo

tan oscura

su única ventana una claraboya en lo alto

haces de luz areolares pintando la casa

como un rayo dibuja con un diamante

 

en una casa teta calentita

esponjosa

sentiría el pulso

contaría las cantaría diástoles sístoles

entonaría arritmias

sintiendo cómo mis paredes se estremecen

cuando toque algún viento de afuera

recordando lo feliz que fui

tan pegada a mi madre

tan adicta

que compraría una casa teta

y haría al pasado resonar en estéreo.

 

 

pa qué lloras con el diario de Noah

 

tanto amor como lagartos

por los fosos

las brechas por las que se cuela ese frío invernal

echándose el lagarto una siesta en mi pliegue muslopierna al doblar la rodilla

igual que un marcador de páginas

o una rosa seca en un libro

se esconde a veces

tanto amor que sólo entiende de sangre fría

amar y matar a sangre fría deberían ser mismamente delito

o justo lo contrario    qué sé yo

únicamente que se tuestan un poco la piel sobre las doce del mediodía

a las siete es cuando saco un lagarto de mi axila

todos dicen que esta tontería de querer necesita más de útero que de placas de hielo

que si hay sol me brillas y si cae en ti la noche

un cuchillo congelado con tu nombre corta colas de lagartos que me miran y se mueven

como un pez en su pecera que salta de contento y cae al suelo   a agonizar

aleteando de la asfixia  el ahogo

la tierra firme por la ausencia de lo que le flota.

 

  

¿escribir en una libreta que no es tuya es invasivo?

 

el dentista el sexo los caseros gritarte taxi desde la otra acera bien alto es invasivo

 

toco tu cuerpo como a la estatua de una virgencita

de una patrona de barrio

invasivamente

toco tu cuerpo no es hueco

eres suave despampanante despampanantemente como esta palabra de grande

en pequeño suave te escribo y es

 

tocar tu cuerpo como a la patrona del Coromoto

con rabia con odio de gustarme semejantes perfiles

te aprieto te muerdo o sea no a ti a tu cuerpo

no lo cato lo quiero tragar

que mi cuerpo lo absorba siendo menos hueco

clavarle las uñas o sea no a tu cuerpo a ti

lamerte los dientes meterte los dedos

moverlos diciendo ven ven gritando taxi desde esta acera

ensuciarte limpiarte venerarte

como a esa patrona que va de casa en casa

que tocan besan le ruegan le meten monedas

que no es hueca porque suena a alcancía

 

rezarte hasta saber tu oración de memoria.

 

 

tienes la mente sucia

 

toda esa menta que no se sabe con la lengua

picante en los ojos

abre los cornetes con alfombra roja

sube ese efluvio y duele pero es bueno piensas

que tú eras bueno

este ardor debe ser curativo

ante mí las lógicas inabarcables de quien sabe lo que siente pero no lo escucha

escuchar es hierbahuerto

un vaso de agua con gas una rodaja de limón y escucha

sabe a un mojito sin alcohol

a una vida cierta

me duelen los hambres que subieron por mí como vaho

a quienes dejé pasar creyéndonos como iguales

a quienes me picaron los ojos y creí

ah

es porque son menta son buenos

no hay cristal dentro de mí a pesar de este techo

lo roto hace mucho quedó barrido

soy un desierto árido

otros domingos soy un suelo de linóleo a estrenar

ah

los hambres con sus penes en mi hocico de Tenca

a cada embestida una cicatriz

ellos entran y se van

yo me quedó llena vacía llena vacía y así con cada empotre

empalando mi techo vaginal como mando a callar con el palo de la fregona a mis vecinos de arriba

 

y creí yo que aquello era bueno

que mi cuerpo habla habla mal porque es disléxico

que si hierbahuerto y luego menta andas jodida

que los odio los odio los odio

a todos aquellos que entraron por mí y salieron creyendo que habían ganado algo.

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