Tres poemas de «Nuevos gemidos» de Víctor Simón Díaz (Venezuela)

Víctor Simón Díaz (Caracas, 1990). Locutor. Lector.

*

el día se va en bocanadas
que intentan zurcir
memorias bicéfalas
voces raídas de un pasado agonizante y en la noche
con el cuarto lleno de humo, contaminado
me rindo cobardemente
me dejo caer en la mullida tumba del fracaso
de ver los trajes en el ropero
de oír sus risas entrando por las ventanas
en tropel de carcajadas venenosas, lacerantes
de olerle
los milímetros corales de su estepa retórica
que ardió espontánea y devastó mis flores
mis intentos valientes de un jardín
para dar sombra a sus escollos
a este atolladero
que recorrí contigo de la mano, sonriente a tu vorágine insultante de medianías baratijas, sonriente a tus ofertas de sal

a diario remiendo
a diario fracaso frente al incendio que me diste

*

Estoy
enraizado en la agosta circunstancia del progresivo envenenamiento que corroe y marchita mis días y mis noches perpetuando camposantos en mi cansado través

Paladeo y paladeo todo metales sinsabores
todo monedas todo arenas que calientan
arenas y monedas que hierven las huellas que dejo
por el canto muy frágil de raídas aventuras somnolientas
que son horas y horas vomitando y temiendo al futuro que respira de manera pespunteada

Siempre al borde y cayendo
cayendo sin caerme del todo resbalando/ engrasado
aceitoso movedizo simultáneo de pie
y en el suelo por poco
añicos mil pedazos que jadean y padecen
y suspiran de carnes para afuera y de carnes para adentro:
se pudren en el tiempo infinitamente verdes

*

fuimos absolutamente nada en las mañanas

fuimos lujuria mediocre gastando el agua caliente

fuimos modorra casuística/ fuimos esplín

fuimos yacer mirándonos/ detrás de los ojos

fuimos Antonin Dvorak y no te acuerdas

*

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