Un poema de Fernando Marin (Argentina)

Fernando Marin (Buenos Aires, 1998). Ingeniero, estudiante de filosofía, músico y escritor (el orden a revisar).

*

Perdón

I

Cada viernes santo mi abuela
sentaba a toda la familia
a leer las 14 estaciones del vía crucis

pascua tras pascua
después de almorzar atún
leíamos una dos tres estaciones cada uno
y jesús caía una dos tres veces

pasaron años y empezó a olvidarse
pasaron años y dejamos de hacerle acordar

después del vía crucis llegaban
los chocolates del conejo
buscábamos y buscábamos
hasta que cada uno tenía el suyo

mi abuela miraba contenta
nos sacaba fotos
y nos obligaba a agradecer

gracias conejo, gritábamos al cielo

cuando dejamos de hacerle acordar
el conejo dejó de venir

años después del último vía crucis
mi primo con la boca llena de cordero
se acercó a recordarle

abuela es viernes santo, le dijo
tenemos que rezar
el año pasado nos olvidamos

a lo que ella respondió con una sonrisa:
no importa
ya todos sabemos pedir perdón

y decir gracias
al cielo
gracias por todo

II

Y es verdad
me enseñaron demasiado bien
a pedir perdón

tan bien
que no veo más que azul me ahogo
y quiero pedirle perdón al agua
por escandaloso

no hay nada más escandaloso
que pedir perdón sin haber lastimado
pero los que fueron educados de la misma manera lo sabrán
no puedo hacer otra cosa

pido perdón al agua que me ahoga
y al amor que me enmudece

pido perdón a los ángeles y a los santos
y a la última persona que besé

pido perdón sabiendo que la mísera misericordia
no me absuelve de nada
ese es el escándalo

pido murmullos ahogados de perdón
bajo el agua bajo el amor
no quiero molestar no quiero lastimar a nadie
quiero tener una vida tranquila
no quiero hacer ningún escándalo

y la tranquilidad es amar escandalosamente el silencio
y el silencio es callar escandalosamente el amor

soy un escándalo de perdones enmudecidos ahogados
por el agua por el amor por el escándalo de la culpa

no hay nada más escandaloso que la culpa
persistiendo tras ser perdonada

pido perdón a los ángeles que besé
a la última persona que me ahogó y a cristo
que murió por mí

me enseñaron demasiado bien
a pedir perdón
y no me perdono

la mísera misericordia
no me absuelve de nada
porque no me perdono

no me perdono
el escándalo de silencios
bajo el agua del amor

no me perdono
no morir por los que amo
no ser egoísta como cristo me enseñó

no me perdono
y perdonar es amar
y no hay nada más escandaloso
que pensar que no me amo

quiero llevar una vida tranquila
no quiero hacer ningún escándalo
pero sería un escándalo no hacer ni un escándalo
en toda mi vida

no hay nada más escandaloso que cristo
que hizo siempre lo que le pareció correcto
es decir lo que se le antojó

perdón abuela pero es así

III

Dicho eso imagínense la situación:
un cuerpo desnudo frente a mí
pidiendo -exigiendo- caricias y besos y
sobre todo
que me desnude yo también

imaginen el escándalo de perdones
que asedian mi cuerpo minimizado

imaginen el peso de mi mano sobre otra mano
el temblor al acercarse a otras piernas

imaginen el escándalo

los adictos al perdón sabrán
que ante una mano abierta
el perdón se queda mudo
y habla la ternura

pero imagínense el escándalo
que por un momento supe
no pedir perdón ni permiso
y usé la lengua para otra cosa

*

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