Silvia C. Navarro (El Vigía, Mérida, Venezuela, 1995). Lectora. Estudió Arquitectura en la Universidad Central de Venezuela. Actualmente se desempeña como Desarrolladora Frontend. Creadora del blog de poesía y literatura Vomité un Conejito.
Eduardo R. Blanco (Caracas, Venezuela, 1993). Lector. Fue bombero de la Universidad Simón Bolívar. Es estudiante de Filosofía en la Universidad Central de Venezuela. Ambos comparten selecciones de sus lecturas y reseñas, además de muestras poéticas de autores contemporáneos, en el blog y redes sociales de Vomité un Conejito.
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La ciudad
a Bogotá
Cada vida, cada cuerpo
habita su propia ciudad
ciudad prisma
para cada vida una cara
ciudad laberinto
habitada por minotauros distintos
Estas calles se hicieron bajo la premisa de un buen tiempo
pero la ciudad es otra y se reescribe a diario
sobre un palimpsesto de piedra y asfalto inconcluso.
Dialogar pensar vivir esta ciudad implica
toparse a cada instante con el bramido de motor colmado de furia
domar los pasos sobre el chapoteo de adoquines inestables
descubrirse en el grito del transeúnte que intenta huir del atasco del tiempo
fluir en la inmensidad del gris del cielo
sentir la rugosidad del ladrillo bermejo
reposar sobre el verde de sus tiernas y vivas hojas
redibujar cada edificio y toda sonrisa después de la incesante lluvia.
Ciudad, cuerpo inabarcable, tejido en movimiento habitado a medias
paraíso del que nos sentimos expulsados
refugio con sus rincones para encontrarnos protegidos
¿Bastará algún día tanta lágrima del cielo,
tanto cálculo y geometría
para que nos des tregua?
*
El cuerpo
El cuerpo es uno solo
Osamenta ingerida por un relámpago secreto
buscando las astillas de su carencia en los recintos de lo oscuro
¿con qué se topa? ¿qué lo toca? ¿qué lo arropa?
El cuerpo es el latido constante en el que la vida acontece
la piel del andar, el delta desde donde la experiencia desemboca
el relieve terso de un sueño, o de un anhelo,
a veces la llave que abre el fuego de la noche
la cara y el pilar del hacer
movimiento acción acto hecho poema
nido del dolor o la ternura
la densidad que queda del desgajarse de los días
el cuerpo es uno solo
cuerpo quimera
cuerpo caleidoscopio
Raíz, semilla
caracol del alma
al mismo tiempo
laberinto, templo
monumento y ruina
Único ojo del mundo
Frágil copa de vino
Delicado huevo de sangre
Los ojos, las manos, los labios
el pecho y los senos, el cuello
la rigidez y la hondura
Pocas veces alcanzamos
a ver su verdad en el espejo
el dolor, la pasión, el deseo
la alegría, la apatía, el miedo
lo bello en lo diverso
Cuerpo
lugar de la raíz
lugar de la rosa
lugar de la herida
manto endrino, silencio lácteo, titán espeso
el susurro enconado y la nada vital del deseo
fuerza de la vida
emoción manifiesta
que desciende al río
cuerpo en tierra
cáliz traído al fuego
*
La poesía
Asomarse a la poesía
como a un oráculo
como a un espejo
como a un abismo
buscando la raíz, la flor, la nube
La poesía es el diálogo musical de la existencia.
Poesía es vagar por la noche
y darse cuenta de que todo aúlla
y brilla
Cantar armonioso de pájaros
que señala el lugar
no-lugar
en el que todo misterio
arborece
todo es sagrado
la geometría ignorada del grano de arena
el vértice impreciso del musgo
todo es tocado por la belleza
Se van las pasiones
los poemas quedan
latiendo
*
La enfermedad
Piel descascarada por la tristeza
carne desgastada por los días
cuerpo reducido al desconsuelo
aliento perdido en el esfuerzo
Enfermedad, campo minado del que poco sabemos.
En ella andamos con los ojos vendados de tinieblas
persiguiendo voces y susurros que obedecen a cantos de sirenas.
En su lecho cruzamos bosques de hebras caídas
sorteando hondas raíces de mala hierba que se arrastran
entre agrestes pantanos que exhuman cálidos sudores.
Llenos de desesperación y miedo corremos sin fuerza
espantando las sombras con quejidos y manotazos.
Es fácil perderse en la infinitud de caminos de la enfermedad.
Solo nos queda esperar que el sufrimiento sea calmo
Solo nos queda andar por el camino de los que van a ciegas
Solo nos queda desear que en la cuesta haya descansos
Solo rogamos por más tiempo desde este terreno desconocido.
Enfermedad, herida abierta que quema y arde profundo.
Sabemos poco de este mal eterno e incontable.
Solo sabemos que lo mejor es acompasarse al pasar de los días
y comprender lo que no se puede reparar.
*
El amor
amor ese istmo de deseo y de ternura
amor esa tensión profunda entre contacto íntimo e insalvable lejanía
Mientras caminábamos por la orilla de la playa,
Silvia dijo:
El mar
Crea
Destruye
Lleva
Trae
Todo
al mismo tiempo
Yo hice otro silencio breve y quise decirle:
eso es el amor y eso es un poema
pero no lo dije.
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