He ahí la perra sarnosa con una larguísima correa | Rodrigo García Marina

Rodrigo García Marina estudió el Conservatorio Profesional de Viola, y los grados de Medicina y Filosofía, además de un Máster en Teoría y Crítica de la Cultura. Ha publicado La caricia de las amapolas (ULPGC, 2016), Aureus (Bandaàparte Editores, 2017), Edad, (Ediciones Hiperión, 2019), El libro de los arquitectos (UNED, 2021) Desear la Casa (Editorial Cántico, 2021) y Los prodigiosos gatos monteses (Letraversal, 2023).

*

Para Carolina Otero, que me devolvió las palabras.

Todos vienen a ver
A la perra prescindible
Carolina Otero Belmar

He ahí la perra que ninguno quiere ver, pero todos miran
condenada a muerte esperando, sola y atufada por el sol de mediodía,
el efecto de la inyección letal sobre sus peludas nalgas.

Han acudido todos sus exnovios, sus amigos, sus profesores de Filosofía
[Política

y tras las verjas también observan deseosos de sangre los demás chuchos,
[quiltros,

los lomitos pelones, las perritas con las que compartió papá, e incluso
[alguna rata

que un guarda torpe confundió con un mastín napolitano perdido en las
[alcantarillas

                                                                                               de São Paulo.

¿Cuánto falta?
Nadie responde.

La tortura se caracteriza por alargar una espera.
En la plazoleta de la perrera atada a una enorme estaca
está la perra padeciendo un ataque de nervios.

¿La quemarán? ¿La abuchearán? ¿Han venido con piedras?
¿Se trata de un veneno doloroso? ¿una hiel?
¿Bailarán sobre su cadáver? ¿Asegurarán que se lo tenía merecido?

Sus amigos niegan contrariados, la desaprueban.

¿Alguien tiene un Lexatin para que la perra se calme y recapacite?
¿Alguien le puede decir a perra que no debe chillar en público?

Si perra hubiera sido más inteligente o menos impulsiva.
Si perra hubiera abandonado a su antiguo amor antes.
Si no hubiera persistido en la idea absurda de una vida.
Si no hubiera nacido contumaz como un asno.
Si tuvieras un poco de dignidad, dice un amigo.

Perra vive encelada y se restriega en los albores de los bares
                                                            compulsivamente.

Le suplican que reflexione y que recule
de Él solo queda su fantasmagórica ausencia
y algunos recuerdos terroríficos:

su pata atrapada con el canto de una puerta
por uno de los tantísimos ataques de ira de su antiguo amor

la repetida conversación de que ya nada es como antes
cuando su antiguo amor se encontraba atrapado en

la imperceptible jaula de la resaca química

perra pululando en la madrugada por culpa de la celotipia
que le ha dejado tirada en la calle, Él echó la llave por dentro
después de llamarle al teléfono y repetirle que le daba asco

Él alimentando el pensamiento psicótico de que perra tiene un neo-novio
al que esconde por las calles cetrinas de la gran ciudad

[es cierto que perra desea con todas sus fuerzas que ese chico cántabro
le pida salir, le saque de aquel pozo de tristeza y condescendencia,
le haga el amor todas las noches, se conforme con su única presencia
                                                           de hombre dormido
                                                           de beso en su labio de palabras
                                                           de soledad prendida por su encuentro
                                                           que es sincero y frágil, que lo podría todo]

pero perra
dócil ante Él                  (antiguo amor)
se alimenta del sabor de sus condones
                                         usados.

De su boca a su mano
de su lengua al asqueroso prepucio con el glande torcido
de su pleitesía a su voz,
de su voz a su reclamo               perra,
                                                       haz esto.

de sus caprichos a su infinita insatisfacción           de cocainómano.

Perra ahora sedienta de diminutivos zoológicos
zorrita osito perrita gorrión
animalada su palabra: gruñe

ladra quejicosa los amigos la escuchan
siempre a las mismas horas, la misma jauría

aparece una amiga para felicitarle
por los progresos en aquello de su duelo

no aparece una amiga que tenía pensado acudir a la cita
porque le aburren sus cánidas ganas de mordisquearlo todo

aparece un amigo y le da un par de palmadas en la espalda

no aparece para ayudarle su buen amigo periodista
y perra se vuelve cruel con él y lo jalea, lo aruña, lo humilla
su buen amigo periodista se enfada y le retira la palabra

aparece su amiga con el cajón de las infusiones
viene a contarle la verdad sobre su relación
ahora que su vida es perfecta
puta perra pordiosera lame el té de
amiga quien tiene un doloroso punto de vista:

¿No crees que todo eso de su adicción lo utilizas para seguir atado a Él?

perra asfixiada por la correa
de heroína perra más que perra
doblegada como la pasión o una fruta
dormida igual que Albertine para que su antiguo amor
la posea: apesta a whisky y a tabaco
la madrugada de un martes.

Perra fiel piensa que eso es lo que la vida le tiene reservado.
Su antiguo amor prefiere el whisky a su piel
y esto daña, más o menos, los elementos desordenados de su autopercepción.

Fea, desolada, gorda o flacucha, o débil, o inquerible, o prescindible,
o incapacitada para la poesía, para escribir una vida junto a alguien,
para vestirse con un traje de nupcias, para desnudarse ante Él
y sorprenderlo, y colmarlo, y hacerse beso de zumo de naranja.

Perra husmea en el vertedero de los hombres
atrapa el tuétano de sus vértebras con la lengua

¿Hombre banquero con traumas infantiles?        le aburre.
¿Hombre compañero de trabajo?                           le aburre.
¿Hombre profesor de Matemáticas?                      le aburre.
¿Hombre doctorando en Ontología?                     le aburre.
¿Hombre barrendero rey del tecno?                      le aburre.
¿Hombre guía turístico?                                           le excita en el sexo, pero
                                                                                      le aburre.
¿Hombre abogado del norte?     no soporta la impuntualidad de la perra.
¿Hombre calvo con ganas de humillarlo?             se trata de un sádico.
¿Hombre de la noche lector de santorales?         le recuerda irremediablemente
                                                                                     a su antiguo amor.

Perra se atraganta con el humo del tabaco y
los tubos de escape, con el humo de la discoteca con
el humo que utilizan los centauros sobre los que se balancea
con las pollas ennegrecidas de las mañanas en los sótanos
de la gran ciudad, con el mohín de sus cadenas y sus ataques de asma
con aquella tos perruna que le recuerda al tiempo pandémico
con las cenizas de todas sus citas y todos los cuerpos quebrados
por el ritmo de la música, vomita el reflejo de su interioridad,
y toda ella por dentro es hedionda, maloliente, verde, desagradable.

Aparece su amigo con sombrero:
Yo lo siento mucho, pero no puedo elegir entre ninguno de los dos.
Y va al cine con su antiguo amor.

No elige a la perra. No acaricia a la perra. No pasea a la perra.
Piensa que así morirá de hambre. Contrae una rabia.
¡Perra, estate quieta! Perra espera en el porche
con tal de no manchar con sus garras la alfombra persa.

No han contado con perra para la comida.
Llueve en pleno verano un líquido ardiente.

Perra está llorando frente a la cajera del supermercado.
Perra lleva dos horas y media gritando sola en el salón de su casa.
Perra ha borrado todas las fotografías de sus vacaciones juntos.
Perra ha escrito a un desconocido: ¿me meas?
solo por sentir el calor de otro cuerpo lloviendo sobre el suyo.
Perra sufre un mal de amores ampliamente descrito en la Literatura Universal.

Escribe Hafiz (siglo XIV): No te aflijas: la belleza volverá a encantarte con su
gracia;
tu celda de tristeza se trocará en un jardín de rosas.

Escribe Shu Shin (2500 a.C): León, duerme en nuestra casa hasta el amanecer.
Tú, porque me amas, Te ruego que me des tus caricias. Mi señor dios, mi señor protector.

Escribe Idea Vilariño (1958): No me abrazarás nunca como esa noche nunca. No volverá a tocarte. No te veré morir.

Perra piensa que si el engaño del amor es esa melódica idea de la
[excepcionalidad

el desamor es el reflejo ordinario y vulgar de sufrir igual que todos.

La perra ahora sarnosa por culpa de su antiguo amor
que disfrutaba follando sin preservativo con desconocidos
                                                     especialmente    cuando
                                                     desaparecía durante días
                                                     sin dar señales de vida o

                                                    cuando fumaba heroína a escondidas.
se arrasca las ingles, la rabadilla, el ombligo, los párpados.
Siente algo miserable así.
La piel enrojecida, ardiendo, la leyenda de una enfermedad
decimonónica ¡si al menos pudiese haber elegido ser la sifilítica!

La noche embrutece las ideas acáridas atravesándola entera
igual que la galga inservible y vieja de un cazador, piensa

¡Acaso no soy
suficiente para él!                                        es algo dramática

Cae la sonrisa desalmada de la luna
en la boca de la desgraciada y es miel

¡Que la maten!                 dice uno
pero a perra no la matan ni por error a perra
no la tocan ni por error, quemaduras,
la piel en carne viva, gusanos en su hocico
desnutrida, perra llega a pensar que todo aquello
es fruto de un ¿error? que su nacimiento fue un absoluto
¿error? perra intenta poner límites a algunos examantes

a los examantes les exaspera             ¡error!
que la violencia haya transformado al animal
y ahora muerda la mano que antes ansiaba como loca

si volviera a ser sumisa y dependiente
si se peinara los rizos si al menos cerrase el pico,
perra les incomoda con su presencia                   has cambiado
                                                            en realidad, nunca te deseé.
perra recula quizá no deba ser del todo

una compañera, quizá sus nuevos problemas:
las finanzas, ponerse fuerte, los festivales de música
ni siquiera le interesen demasiado a perra.

Perra observa el patrón de los castigadores en los tantísimos hombres
que han ocupado las diminutas esquinas de su vida.

Se deshace de sus antiguos amores, de algunos de sus amigos,
de los libros que Él olvidó en su casa, de las plantas secas.

Perra abandona sus hobbies: la danza, el portugués, la música, el senderismo.
Los intercambia por vorágines de nihilismo y horas extra en el trabajo.

Perra busca un sexo aséptico, previamente desvelado,
sobre todos los elementos que lo componen y toda la piel que le falta
erizada, y sobre todos los eventos que emocionan a esos maridos
ansiosos del tesoro que esconden las pirámides de la otredad.

Perra piensa: ¿cómo puede ser que todos sus amigos

sean de repente
tan pusilánimes, tan cobardes, tan malos?

perra se asegura de que sus pensamientos no estén distorsionados por la
[depresión

perra se disculpa, perra generaliza para otorgarle forma a sus emociones,
perra vuelve a escuchar de la boca de alguien que debe acudir urgentemente
                                                                                    a un psicólogo,
perra amenaza con propinarle una paliza a un pavo que se propasa con Jorge
perra se enfrenta en el Metro a un hombre que arrastraba a una mujer
por los pelos, lo insulta, lo amenaza con matarlo allí mismo, toma a la mujer
de la mano y se la lleva hasta su casa mientras piensa que nadie hizo aquello
[por perra

perra gasta una cantidad formidable de dinero con un desconocido
solo porque la escucha y le hace el amor con cierto cariño
perra dona la ropa de su exnovio para no olerla nunca más

¿Por qué perra no ha contado que Él prefería alcoholizarse todas las semanas
a acariciar su triste y azulado pelaje, que la abandonaba sola en la cama todo
con tal de no tocarla? perra preferiría ser un licor de anís amargo y barato,
antes que la imagen lastimosa de un animal abandonado, herido, indeseable.

Perra dormía abrazada a un gato gordísimo calentando el inmenso edificio
                                                                        de su corrompida soledad.

Las jaulas se vacían todas las semanas,
pero a perra no la escogen, no la miran, no le dan un nuevo nombre.

Rick, Toby, Kira, Lenin, Simba, Coco, Luna, Max, Trufa.

Le llaman al teléfono: ¿está contento con su factura de la luz?
                                    podemos hacer algo por mejorarla.
Tras esto,

nadie se acuerda de ella durante días.

Sin nombre perra se siente común, esclava de sus deseos inmediatos,
abandonada en la gasolinera de una ciudad inmensa con cinco millones
de cadáveres orquestados por las lógicas de la destrucción masiva, el tedio,
[el trabajo.

Aparece el anterior novio de Él y su amigo por siempre,
alguien que también formó parte de su vida y le contesta:

No todo lo que ha sucedido en vuestra relación es por su problema con las drogas.

Después le da pena la perra
y le busca un trabajo en el Ministerio de Cultura.

Escribe la exnovia cotilla, imprudente y mal educada de su amiga:
¡Cuidado con las víctimas!

Ella que compartía mesa con maltratadores
y pormenorizaba toda su violencia y que ahora siente pavor las víctimas.

¿Alguien más tiene algo que añadir a la precaria situación de la perra?

Perra se hace un diminuto agujerito en la panza
con el cuchillo de cocina y observa asustada la profundidad
evaneciendo de su rojizo dolor.
Tuvo un amante anarquista que se sajaba la cara por pura egolatría.
A perra le disgusta que los demás hayan venido a verla.
Aquel amante anarquista que defendía a los hombres
que hostigaban a las mujeres solo por no sentirse mediocres.
A perra le disgusta la hipocresía de los hombres con los que pace.
Quería ser visto, interpelado ¿cómo te hiciste eso?
Perra limpia la sangre y jura que nunca más lo volverá a hacer.
La tristeza no desaparece con el fisicismo de sus heridas.
No se abre hacia un lenguaje nuevo, ni se asienta en la piel rota.
Realmente detestaba el sexo con ese anarquista.
La tristeza no es del color de su carnicería.
La tristeza no llama a la puerta de su baño, sino que lo invade.
La tristeza no conserva nada que necesite compartir.

Perra no entiende cómo es que existen
tantas personas supuestamente politizadas
defendiendo la crueldad de los hombres.

En la primera cita le dijo que le amaba y le enseñó sus cuadros
pintados con su propia sangre [eran feísimos] con tal de atarlo a él.

Perra no soporta las ataduras
sueña con las hienas de la sabana
con los perros salvajes de Rumanía
con los lobos aulladores de su propia libertad.

La tristeza le proporciona un marco de clarividencia
para observar los actos de manipulación de los otros.
La vida en blanco y negro es tan sencilla de entender para perra.
A perra le explican cómo besar bien porque es importante
a sus veintinueve años, perra se encuentra con el nuevo novio

de una vieja pareja suya bailando en el salón de unos desconocidos
y le cae estupendo, a perra le dicen: nadie te conoce una persona
que confunde el tortuoso hilo de la seducción con el del maltrato.

Perra huye de los hombres, de los afters, de los conocidos.
Perra siente el peso de una vida que no desea compartir sobre su pecho.
Perra recuerda cuando invitó a merendar a unos amigos a casa
y se fue a dormir antes porque estaba cansada
y les permitió quedarse para terminar la última copa.        Él se encargaría
                                                                                                         de todo.
Cuando amaneció las paredes estaban vomitadas de vino,
sus botellas preferidas abiertas, sus libros manchados de droga,
sus copas destrozadas contra el suelo de la cocina.
Su antiguo amor yacía apestoso junto a él en la cama.
¡¿Qué ha sucedido?¡
Cuando su antiguo amor
no podía tener la razón simulaba que todo estaba en la cabeza
                                                                        de perra.
¿A qué te refieres? No ha pasado nada
(señalando las paredes, las copas, el montón de libros)

su antiguo amor se marchó corriendo
mientras perra lloraba desconsolada en el sofá.

Lo llegó a creer.
Que así debía ser su vida.

Su antiguo amor arrojó una maceta ardiendo
desde la terraza de la casa de perra a la vía pública
quemando al hijo pequeño de un vecino
y fue perra quien tuvo que pedir disculpas
para que no la denunciaran.
Tras el incidente le prohibió fumar en su casa
y su antiguo amor entendió aquello como un acto de inaudita humillación.

Sus amigos decían que su expareja era sencillamente un hombre peculiar.

Llegó a creer
que el amor podía perdonar todo aquello,
que perra estaba siendo querida de una peculiar y contradictoria manera.

Perra agarra una tristeza inmensa
que la descompone por las noches,
que le arrastra hacia todas las trampas mortales
de la gran ciudad encantada solo para adormecerla,
perra se vuelve desconfiada de ellos y los tolera con urgencia
en diminutas dosis de sexo, en pequeñas y perecederas conversaciones.

No le interesa en absoluto sus otros novios,
sus trabajos, sus proyectos artísticos, el pasado indecible.

No le interesa la intimidad con los hombres ¿puede ser que los tema?

Su antiguo amor trató de atarla a Él primero con cartas,
después riéndose de perra en entrevistas y publicaciones.
Se jactaba en los bares en voz alta de haber seguido con la perra
solo por utilizar el poder de influencia que poseía dentro de una editorial.

Ahora están todos allí reunidos, algunos se saludan, se conocen de siempre.
Antes del sacrifico perra piensa que aún quedan algunas preguntas sin respuesta:

¿es perra una víctima de un despropósito terriblemente cruel?
¿es perra un sinuoso acto de ficción para hablar de la violencia y el duelo?
¿es perra sencillamente un animal sacrificable?
¿se trata de una parábola para que perra obtenga una lección de todo esto?
¿es perra buena amiga? ¿o también ha sido siniestra, mentirosa, deshonesta?
¿está perra preparada para establecer una relación cordial con todos los
[visitantes?

¿le retirará la palabra alguno? ¿cuál será el criterio?
¿puede perra confiar en los hombres? ¿o debe gruñir?
¿puede perra deshacerse de todos aquellos consejos malintencionados?
¿está perra dispuesta a perdonar? ¿a tragarse sus palabras?
¿puede perra volverse a ver con otro chico con total y absoluta inocencia?
¿cuántas veces puede perra ir a por la pelota sin cansarse?
¿le dolerá la inyección venenosa? ¿acaso más que lo que le hizo llegar
[hasta aquí?

¿es perra un hito de interés nacional? ¿un relato más o menos interesado?
¿es perra mejor que el anarquista llorica solo por no dirigirle la palabra a
[maltratadores?

¿perra sabía que acabaría tan lastimada? ¿que quizá la vida no mereciese
[la pena?

¿perra tiene una versión asimilable por si su familia le pregunta sobre la
[ruptura?

¿perra podrá caminar con una pata rota? ¿con el lomo abrasado por los ferros?
¿puede una perra desquiciada y maníaca tener más que sea la razón?
¿a cuántos comprimidos de litio está de cerca la eutimia para perra?

orejas agujereadas por los cigarros,                      que no fuma
un bol medio vacío de agua polvorienta,
los mosquitos de la fruta posados en su hocico
alguien grita: ¡es por compasión!

que callen a la perra
que acaben con la perra
que maten a la perra
de una vez por todas.