Cuatro poemas de Lucía Clementine (España, 1991)

8332d9718c4d2d534cc519f2591b26bfImagen por Conrad Roset

 

Por Dios

Siempre ocurre así;
Ocupas noches en el hueco de
la cama con otra persona al lado,
que no se atreve a besarte
porque la última vez
te apartaste ligeramente
y dijiste “vamos a dormir
de una maldita vez”.
Y cuando cierras los ojos
te preguntas hasta cuándo vas
a tener que soportar
ese tipo de relaciones.
Y no duermes porque
sientes lástima
por ellos,
que en el fondo no son
malos tipos pero
no conseguirán hacer que
te olvides de ti misma,
ni siquiera un poco,
aunque te ofrezcan su amor,
su casa y sus cigarrillos.

Hasta que,
sales por el barrio de siempre,
y ves a alguien que nunca antes
habías visto por allí.
Y después de los flirteos
y de conseguir que crea que
de verdad te resulta muy atractivo,
le invitas a subir a casa
y acepta
y descubres que vino a la ciudad
a buscarse la vida y que
lo está consiguiendo
y que algún día volverá al pueblo
donde nació.
Y te besa y lo hace de veras bien,
tiene los labios carnosos
y juega con tu lengua despacio
y es un beso de los que hacen ruido
por toda la saliva que estáis
dedicando a ello.
Y la boca la utiliza exactamente igual
en otras partes
y se monta sobre ti y sientes tanto
deseo que se clava como un
cuchillo en piel mojada.
Y te mira a los ojos y dice
algo bello sobre tu mirada
y cuando te das cuenta
has dejado
de
pensar.
Y solo paráis cuando
suena su despertador
avisándole de que es
la hora de ir a trabajar
y no os intercambiáis los
teléfonos porque dice que
en unas horas volverá
a por ti.
Y te duchas y te vistes con
lo mejor de tu armario y
aunque no hay gran cosa
coges lo mejor de tu nevera
y preparas una buena cena
entonando una canción de amor
que nunca antes te había gustado
y te sientas a fumar un cigarro
esperando a que suene el timbre,
ya va con una hora de retraso
y el cenicero está lleno a tu lado
y entiendes que
no
va
a venir.

Y te duele porque ha arrancado tu corazón
y vivir sin un corazón o
con un corazón atropellado
no es nunca
una buena opción.
Y pasados unos días estás en
el hueco de la cama con
otra persona
diciendo
“Por dios,
ni se te ocurra besarme”.


Hambre

Dormir en un sofá,
que no es ni sofá-cama.

Tener la nevera vacía
y sacar media sandía mohosa
-está bien que esté vacía,

ese chisme no funciona
de todas formas-

Colillas vacías en el cenicero,
los ruidos de los ratones
cayendo en las trampas
sobre el techo falso.

Beber agua, mucha agua,
dolor de estómago,
largos viajes al baño.
(el agua a veces ahoga
si no flotas ni te agarras
a cualquier otra cosa)

La vida hasta mediados de mes,
luego la supervivencia
el encierro obligado,
el ayuno obligado.

Sólo lo consigues si te dices;
“Todo esto es el paisaje,
aún
no
hemos llegado”


Di que has odiado

Si siempre intentas no afirmar
“He odiado”

no escribas “amor” sobre el papel.
Ni intentes hablarle a nadie
sobre tu concepto del amor.

Tú amor no sirve de nada,
pues decidiste
taparte los ojos
para no ver dónde
estaba el límite.
Y no hay nada menos apasionante
que alguien que te dice
“Se acabó pero todo está bien”.
Siempre es más honesto un;
“Me estoy
hundiendo
en la mierda”
Y esto no es una cuestión de morbo
se trata de
respetar
la Totalidad.

(Siempre
les creo
más
cuando
dicen que
me odian,
sean amantes,
amigos,
lectores o no.)

No entiendo este pánico
a negar lo evidente.
No se trata de que te amen
si no
de amarte a ti mismo
incluso en tu fracaso.

Y si eso te asusta
porque puede hacerte
vulnerable o
alterar tus planes
de llegar lejos
a toda costa o
tal vez
quedarte
solo.

Recuerda que
la meta será aquello a lo que temes
y cuando llegues verás que
el dolor
ha sido lo más
hermoso
que pudo sucederte nunca,
y el amor de los otros,
tan solo una parte
de la
anécdota.

 

La chica del bajista

Estaba preocupada por
estrellas del rock que nacen
y que pasarán su vida
en carreteras, camerinos
speed y mujeres bellas
-quería decir fáciles-.
Preguntándome dónde
cabría
mi amor
ahí.

Él era un cantante
que iba a triunfar
y en el concierto
la chica del bajista
se acercó a mi
y exclamó
“¡Que dura es la vida
de la chica del famoso!”,
con su enorme sonrisa.
Mientras esperaba sola,
cerveza tras cerveza
a que recogieran el escenario.

Y yo pensaba en los recitales,
en las firmas de libros
por toda España.
Gente que se acerca al mostrador
preguntando por un titulo
y el dependiente diciendo
“¿De qué autor?”

Y
en medio
de los focos,
ella diciendo
“¡Que dura es la vida
de la chica del famoso!”.
Como
el más
importante
de los espectáculos.
 

=

Lucía Clementine ( Lucía Dominguez) nació en 1991, en Barcelona, España. Sus relatos y poemas han aparecido en medios como: Underbrain magazine, Revista Excodra, Servesa Biar, Mono grafico y Playground, donde tambien ha colaborado puntualmente con artículos. Actuliza regularmente su blog www.luciaclementine.com Actualmente esta trabajando en su primera novela.

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