
Alexandra Levasseur
Eres el peor de los amores y el mejor de los dolores.
A ti te propondría desayunar juntos por la mañana y luchar contra mil demonios por la noche.
A ti te dejaría hurgar en mis cajones de ropa interior e indagar que sostén traigo puesto hoy.
A mí me suenas como a campanilla de bicicleta de cartero y me hueles como a tanque de gasolina recién llenado.
A ti te parece haber escuchado las primeras hojas de papel romperse durante la madrugada.
A mí me deja sin aliento que ni siquiera las cortinas del hotel donde nos quedamos te parezcan adecuadas.
Y lo visualizamos juntos pero jamás de la misma manera.
A ti te gusta dormir del lado izquierdo.
A mí también pero te lo cedo y me quedo en el flanco derecho.
A ti te perciben todos al entrar a una habitación y la mesera siempre te pregunta cómo estás.
A ti te cuestionan si vas a pagar en efectivo o con tarjeta y te aseguran que el servicio es bueno aunque no tengan la menor idea si es verdad.
A ti te alentaría a mirarte constantemente en el espejo para esconderme tras de ti.
A mí me gustaría que me ocultaras.
A mí me da por meterme bajo las sábanas mientras juegas a que te importa saber dónde estoy.
A ti te prestaría todas mis sudaderas excepto la azul porque me gusta cómo me veo cuando la traigo puesta mientras camino junto a ti.
A ti te hablaría en yiddish y sé que creerías que es swahili pero, ¿a quién le importa? Aun así me entenderías.
A ti te esculcaría hasta el alma para que a mí se me termine de desgarrar el corazón.
A mí me terminarás matando con tu olvido, ya lo sé.
A ti te pondré un altar del cual quiero ser vela, ya lo sabes.
A mí me arderán las entrañas e incendiaré edificios completos para destruir la ciudad que nos vio besarnos esa única vez.
A ti te entrarán las ansias por escapar y saldrás corriendo al encuentro de aquello que sólo existió en la mente de un tal Rulfo.
A mí me catalogarán por ser una peor catástrofe que la bomba atómica.
A ti te señalarán como el héroe que los envolvió a todos en un pañuelo y los resguardó en su regazo.
A ti te robarán de los bolsillos tus audífonos, tus monedas, tu tarjeta del metro y tu ingenuidad.
A ti te romperán cinco huesos.
A mí sólo dos.
A mí me convidarán de sus algodones de azúcar por lástima de saber cuánto dolor siento.
A mí me enseñarán a preparar manzanas caramelizadas pero sólo porque saben perfectamente que a ti te gustan y que no puedes vivir sin ellas.
A mí me pusieron una estrellita dorada en la frente por entregar toda mi tarea.
A ti la maestra te dio un beso en la mejilla a sabiendas de que yo patalearía de celos internamente.
A ti te llamarán intrépido.
A mí sólo me llamarán.
A mí se me olvidó tomarme mis pastillas.
A ti ya te dieron de alta porque dicen que ya dejaste de delirar.
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Citlalli Vargas Contreras (México, 1994). Autora del poemario Los Versos Imaginarios, sus dos grandes pasiones son la literatura y el cine pero también gusta del idioma francés, las caricaturas y los cómics, el té y el café, los lápices y la fotografía. Más de ella en: https://about.me/rimbaudienne