
CELLAR DOOR
Así llega la muerte: marcando con hierro desnudo unas huellas
parecidas a las voces que se traga el silencio.
Así se anuncia: un útero abierto entra inesperado con un temblor y luego
la condena de ser el único con la memoria escondida
detrás del nombre, las cosas que tocamos sin atravesar los cuerpos
envestidos en trazos informes pervertidos
por el rostro que no deja ver su sonrisa,
deshace todo.
Y te unes en un abrazo lleno de ruido blanco
los músculos se pintan de otro color
color de cuervo
la sombra de un planeta cercano:
temerle (excita)
es para los que guardan fuego en cuerpos
profanados por la luz
=
FARSAS
todo sucede ahora
todo lo malo que pasa, en todos los rincones
sólo deja
una hora hecha trizas
porque no hay otra cosa que hacer
más que la espera: una alucinación constante
rompe con gruñidos los umbrales sagrados
distorsiona la última historia
grabada en un árbol con raíces carnívoras
ahí habita el fin n
la realidad mutante engendrada
por las bombas que no dejan ver a través del espejo
pero sí entre la piel
más allá del incómodo hueso
que muchos pulverizan por distracciones banales:
las guerras, las muertes, las (des)apariciones emparedadas en suelo
sin consagrar ya
embrutecieron al ciego
lo obligaron a fuerza de arañazos venenosos a dejar atrás
el recuerdo fatal
de cómo acariciar el filo del arma más temible
que el silencio inaudito
=
MUERTE POR AGUA
¿Es mi rostro una pesada tortura en esta playa sin nombre?
Se hunde quejumbroso en burbujas pétreas
sobre el horizonte gris
inundado de niebla por las cascadas
que anuncian
el fin
los cuatro precipicios de la tierra que llegan
hasta un lugar,
quiero pensarlo,
pero no puedo:
es mejor acercar los ojos al cielo donde nada cae
Yo quiero ir arriba, aquí nada funciona bien:
los autómatas gozan del óxido como nosotros la vida
y el mar
despreciable como cientos de voces colosales pidiendo
a gritos por el encantador homicidio y la caricia
eléctrica,
acosa mis sentidos
con su voraz ojo
en ciclos arácnidos
siempre rozando mis entrañas,
calcula en su tiempo de origen
la hora marcada para comenzar
la liturgia de las estrellas.
=
Enrique Urbina Jiménez (Ciudad de México, 1993) cursa la licenciatura en Literatura Latinoamericana en la Universidad Iberoamericana. Textos suyos han sido publicados en las revistas electrónicas Penumbria, Scifi Terror, Axxón y Fantasía Austral. Ha sido incluido en las antologías Penumbria Año I, Microhorror, La imaginación en México, Viaje a la oscuridad y 50 demonios. Ganador del “Fantasista de Hierro XI” y segundo lugar en el concurso de poesía de ciencia ficción José María Mendiola 2015.
Twitter: @DoctorPeste