Abuso, por Karlina Fernández (Venezuela, 1983)

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Imagen obtenida aquí

Fue mi primo, el mayor; entró a mi falda a los seis años y desde entonces no me la puedo bajar.

Pasó con mi tío: me sorprendió en el baño y desde entonces mi vida es sucia. Después de todo, los fantasmas aparecen cuando uno se está limpiando.

También pasa que un policía te pone una multa en las tetas y ya no puedes con ellas, te las quieres arrancar.

Fue ese amigo de mi mamá, ese que siempre estaba en la casa… no sé cómo, ni cuándo; un día de tanto estar en la sala llegó al cuarto, me arrancó la muñeca y jugamos a que yo era una. No me gustó el juego. Le pedí perdón a mi muñeca. Creo que ella se vengó de mí.

A mí me durmieron, al día siguiente me compraron Postinor y una nueva pantaleta sin sangre para que continuara mi vida.

Mi papá un día me penetró muy fuerte y me calló la boca conteniendo en sus dedos mis ganas de morir, pero yo creía que era normal… que así como cuando me enseñó a manejar bicicleta, que me soltó y me dijo que si me caía no llorara; que me limpiara la sangre y mantuviera el equilibrio, ésta era otra enseñanza. Que así se aprendían las cosas, con un poco de sangre, un hombre arriba y las ganas de morir en silencio.

Mi primo vive al lado y me mira como si yo no recordara.

Mi tío va todas las navidades a casa.

Al policía lo he visto varias veces, es de la zona.

El amigo de mi mamá, es eso: el amigo de mi mamá.

El que me durmió es actor igual que yo, a veces coincidimos en los castings.

Es mi papá… la semana pasada lo acompañé a cobrar su pensión, eso fue hace mucho.

Yo no dije nada, me daba miedo; sentía que era mi culpa, no sé por qué quise decírtelo a ti.

No dije nada, daba miedo, era mi culpa… no sé. ¿Por qué quise decírtelo a ti?

Yo no dije nada, ¿me daba miedo? Sentía que era mi culpa, no sé por qué quise decírtelo a ti.

Quise decírtelo a ti. Sentía que era mi culpa, yo no dije nada. No sé… me daba miedo.

¿Era mi culpa? Yo no dije nada, daba miedo, sentía que quería decírtelo a ti.

Me daba miedo, sentía que era mi culpa, no sé por qué, quise decírtelo a ti.

Entonces yo sí quise decir algo, quise escribir un poema a ver si el poema grita, si regresa en el tiempo y sube la falda, cierra con llave la puerta del baño, sigue de largo ante la llamada del policía, borra los amigos de la mamá para seguir jugando con muñecas; y le dibujé alas a la bicicleta para que pudiese volar sin padre a cualquier paisaje: sin sangre ni ganas de morir.

Porque duele vivir amando a mujeres rotas, inevitablemente, sus vidrios me atraviesan el corazón.

***

Karlina Fernández (Venezuela, 1983). TSU en Publicidad y Mercadeo. Actualmente tiene una empresa de producción de eventos en El Cafetal llamada 8K producciones. Tiene estudios en Rajatabla como actriz desde el 2007. Escribió dos obras de teatro, una infantil en el 2009 llamada “La mejor planta del mundo”, dirigida por William Cuao y estrenada en el antiguo Ateneo de Caracas, y en 2011 estrenó “Mujeres Invisibles” dirigida por Pepe Domínguez  en Barra Bar y luego en Trasnocho Lounge.

En el 2013, la revista Gerente la galardonó como una de las “Cien gerentes más emprendedoras del año”. Estudia Comunicación Social en la Universidad Santa Rosa y escribe una tercera obra de teatro. Mantiene un blog llamado Karlina Todas Ellas, principalmente sobre poesía y cuentos cortos.

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