Amor a grandes bandas sonoras, por Paola Cando (Ecuador, 1995) ~

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Imagen obtenida aquí

Y la miraba con esa pasividad intranquila que se siente en la base del estómago al fondo bien a la derecha de los intestinos, la miraba como descubriendo la vida por primera vez con la misma sensación de verse al espejo desnudo.

Ella se acicalaba el cabello como desenredando grandes redes de pesca, ensimismada en la insoportable levedad de ser tan ella, pensaba en las tardes que caían en aquel cuarto , en los amaneceres que se perdían bajo esas cuatro paredes.

Sonrió con aquella coquetería bárbara que hubiera desarmado a cualquier espadachín experimentado, de un arrebato a otro , recordó tal vez la primera canción que le habían cantando al oído una tarde cualquiera bajo esas mismas paredes carentes de tiempo y color.
Se acercó tan dulcemente silbando con aquella melomanía salvaje, como si con esa canción repetitiva calmara el instinto salvaje de aquella mujercita con un violín tatuado en la espalda.

“Mi pequeña sinfonía de amor interrumpido”, gemía melifluamente , deslizando sus pulgares, por aquella piel casi perfecta, erizada en su superficie, cálida por dentro, suave y azucarada al contacto de su boca. Ella lo miraba de frente sin miedo , soportando el calor incesante y próximo  de sus caricias, lo había visto millones de veces acariciar de la misma manera a aquel violín que yacía en su estuche impávido .

Durante los conciertos y desconciertos en que se veía involucrado, retomaba aquella misma pasión de las tardes en que destendían las partituras que olvidaba guardar, tal vez a conveniencia de verla desnuda en medio de hojas blancas membretadas en clave de sol.
Tomaba el mango suave y brillante y deslizaba sus dedos con los ojos cerrados, ciego , convenientemente ciego, esbozaba aquella sonrisa de medio lado y arrugaba la nariz de vez en cuando, ella se sentaba en primera fila siguiendo el protocolo según el caso , de todas maneras su sensualidad era innata y más de una vez sentía celos de aquel instrumento, que tanto se parecía a ella .

Es así como en un arrebato de celos y locura llegó al estudio de tatuajes una noche a la hora de cerrar , y con aquella  mirada de caramelo se recostó reteniendo la respiración, esperando que esas pequeñas “efes” se vieran lo suficientemente decentes sobre su piel morena.

Cuando llegó a casa , se desvistió presurosa, haciendo que el melómano empedernido tomara sus gafas y dejara lo que sea que estuviera haciendo para verla, “Santo Pachelbel” exclamó delirante, y no le bastó más que aquella revelación para entender que se embriagaría la vida con aquella muñequita de color madera.
Pasaron las cuatro estaciones de Vivaldi componiendo sonetos entre sábanas de algodón blancas, perdiéndose entre amaneceres despintados , entre esas paredes atiborradas de desdeñosas ganas de más. Locamente enamorados de quién sabe que artilugio musical.

Sus respiraciones se agitaban en una misma escala musical, y el palpitar creciente de la sangre en sus venas sonaba de vez en cuando cómo el rechinar del arco sobre la piel tersa de la mujer violín o del violín en forma de mujer, un solo contracanto de notas sin sentido…

Exclamo entonces delirante, con aquel descubrimiento en la punta de la lengua
– romance en c menor, mi pequeña.
– ¡Salud! Exclamó ella levantando un vaso imaginario en señal de brindis.

Sonrieron de buena gana y regresaron a morir de amor y música en aquel cuarto descolorido, componiendo así aquel amor joven con banda sonora incluida.

~

Paola Cando (Ecuador, 1995). En el año 2012 publiqué “Parchís”, una recopilación de varios autores jóvenes de la Ciudad de Cuenca. En 2014, colaboré con la antología poética “Nuevas Voces de la Poesía Cuencana” para la Universidad Estatal de Cuenca en el XII Encuentro  sobre Literatura Ecuatoriana. En el año 2015, conjuntamente con varios autores latinoamericanos, publicamos la antología poética “90 revoluciones” publicada por la editorial independiente Mecánica Giratoria. En 2017 colaboré con la editorial independiente Ninacuro Cartonera en una antología poética denominada “Cirugía inflamable”. Actualmente manejo un blog, http://www.elinquilinotintero.wordpress.com. 

 

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