Cuatro poemas de Jhensy Lucena Castillo (Venezuela, 1992)

Jhensy Lucena Castillo (Carabobo, Venezuela, 1992). Licenciada en Educación. Copywriter y artista visual. Colabora en el proyecto de difusión literaria iberoamericana Ant[røp]ologia del Fuego. Su proyecto de poesía visual, Verso Lidio (@verso.lidio) busca enhebrar la magnífica pluralidad de versos, ideas, elementos de la naturaleza como la forma más sublime de lo visible. Publicó Horizonte de palabras con Historias de mi lengua (2022) por Ediciones Palindromus. Ganadora del IV Concurso de Poesía Venezolana Ecos de la luz (Ediciones Palíndromus, 2020). Obtuvo mención honorífica en el V Concurso Nacional de Poesía Joven Rafael Cadenas. Publicada en la edición Especial III Aniversario de la Revista Literaria Awen: «Horas de extravío» (2020) y en el Número X: «Artes visuales y literatura de la misma revista» (2020). Así mismo en «Ant[rop]ología del Fuego, Vol. II» (Ediciones Palíndromus, 2020) y el tercer número de la antología poética «La flor en que amaneces» (Ediciones Azalea, 2020). Forma parte  de las antologías «Fin de ciclo» de Dossier Galería (Venezuela, 2016) y la edición impresa #2 – Prints de Errr Magazine (México, 2015). Aparece en revistas virtuales como Liberoamérica, Revista Kametsa, Poesía del Prójimo, Grafógrafxs, Digo.palabra.txt, Sorbo de Letras y ERRR MAGAZINE. Edita y escribe para su blog llamado Café de las Seis donde promueve el trabajo artístico contemporáneo.

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Visto un alma que extravía

 

Son las almas de los árboles las que vemos en el invierno.
Lucen como las almas humanas. Almas torcidas, locas, regulares.

Nymphomaniac vol. II. Lars Von Trier.

 

Esta vida se ha colado entre mis ojos

he tratado de atraparla en esta página

quién podría entre sus dedos retenerla

si se escurre bajo tierra

en el asfalto

se evapora.

Quién podría tejer con este idioma

de mínima expresión el cuerpo horizontal

alcanzo el paso de los pasos

esclarece

Atestiguo                                    un abismo

en   mi                           palabra

Incrustada                                  bajo el puño

revelándole sentido

por su forma.

 

Calzo un alma

sedienta de pa(i)sajes verbales

  ocasiones

calles nobles                 para andar

de grietas             podredumbres

  exenta

la sal de ojos lluviosos

resecaron       e l  país,

todas las flores amarillas

/cada vez que un joven sangra

/en manos sucias

el impulso de ostracismo reverdece.

 

Visto un alma

que arropada por la noche

extravía

debajo de los párpados

oraciones

carcomida  por las dudas

la memoria

vocablo superficie ruido.

 

Visto un alma

instalada en lo que escribo.

 

⁂ 

 

Jaula Paspartú

 

Tardía resonancia del subsuelo, fragante a hidrocarburos

permite a fragmentos, la soledad.

Ideas relámpago frente a mi ventana intento capturar.

Componer esta pieza de papel, punteada con infaustos cielos que es mi cuerpo.

La realidad de mi lenguaje ahora depende de un objeto inagotable.

De mi generación incertidumbre nace un puñado de fotografías letradas.

De mi generación incertidumbre un puñado de latidos hielo.

Presencio una bóveda nocturna.

Eco del pasado que habitan mis recuerdos.

Pasadizo curveado  / f a n t a s m a / una puerta huérfana de cerradura.

Dudo de mi lengua, mi vo ca blo ca sa tam ba lea.

Mi deseo de volver: una presencia  trans pa ren te.

Me doy vueltas, espero, edito, borro      y         r          e          l          e         o.

En un sueño profundo escarbo el trozo de tierra

donde encendí un ataúd con cartas, su amor.

Despierto en el deseo de sentir la vida como respiro eterno / finito.

Ese momento donde somos interconexión.

Un roce dulce, preciso, como agüita vertiente de rocas antiguas,

constante, fluvial y sereno.

Una voz nueva con eco de montañas me llama de noche.

Desde su sala me deja volver al sitio en el que padezco el sol de la tierra donde nacimos. Este pequeño trozo de arena húmeda tras la tormenta pasajera, movediza, escurriéndose sin medida.

Piedras corrompen nuestros cuerpos al contacto directo. Materiales móviles es lo que consigue apenas descubrir.

Cambia, cambia sin parar como las luces que atraviesan la hondura de mi nocturnidad inesperada, reveladora.

 

Y los poemas resplandecen con su nombre.

y la vida en silencio atraviesa mi pesar.

y la llamada que espero atraviesa mi silencio, le espero.

y espero

y espero

y espero.

 

Soy pájarolabrapiel.

Cúmulo o forma evocación.

Enjaulado en paspartú.

Existo porque callo.

 

  

El problema de perder

 

Perder a veces resulta en el removimiento del polvo detrás de los objetos.

Revolver imágenes de un pasado que alguna vez gratificó.

Reanimar segundos que en fotografías capturé.

Tal vez llorar como un niño o como un adulto triste.

Tal vez caer sobre sueño                    tras sueño                  tras sueño.

Tal vez lamentarme como un enfermo entre sábanas muriendo.

El problema de perder es tener que continuar y no querer.

 

 

Plegaria de árbol desnudo

            a cada una de las manos tejedoras

 

Este adentro solo existe si lo tejo

con las manos enhebradas de palabras

Y los ojos colmados de recuerdos.

*

Poemas pertenecientes al libro “Horizontes de palabras con Historias de mi lengua”. Publicado por Ediciones Palindromus en la Colmena de Escritores. Disponible aquí.

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