Muchas noches mi cama se hacía pequeña y mi mente reproducía una escena de ojo de pez, la habitación se volvía angular o yo parecía salirme de mi misma. El sonido del aire acondicionado se hacía más lento, sentía un tambor que golpeaba en el pecho. Llegue a pensar que era taquicardia que me encontraba en una dimensión ajena. Mi hermana dormía placenteramente a un lado, la penumbra de la niñez me sumergía. Era un dialogo con la madrugada tal vez, una escena que se repetía hasta quedarme dormida. No era capaz de poner los pies en el suelo frío, ni asomarme a esa ventana que ofrecía otra proporción de sonidos extraños. Clara despierta, ¿Escuchaste eso? pero Clara dormía, pues era ella la que veía espíritus mientras yo veía dimensiones.
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Ana Brett. Paraguaná 1984, es arquitecto y artista plástico, obtiene título de arquitecto 2007 LUZ y Técnico medio en Dibujo y Pintura escuela Julio Arraga. Funda la firma de arquitectura Nova Studio Mobil, y el colectivo de arquitectos Imagen Urbana. En el 2012, premio Novel Artista en el Segundo Salón Regional de Pintura de Falcón, por la obra titulada “La primera puerta está cerrada”, una analogía de la primera puerta de su ciudad natal. 2013, Publica el libro ilustrado, “El Cuento de un Viernes” que es distribuido por la editorial La Barca de la Luna, Caracas. En el mismo año, gana mención especial en el concurso Fundavag Ediciones de literatura para niños, con el cuento ilustrado “Angora”, presentado en octubre de 2014, en el Banco del Libro.
Me gustó ese peo en que te metistes, porque yo también acompaño mis madrugadas con fantasías, hasta tengo un bellísimo pueblo de artesanos, pescadores y agricultores, muy pero muy apartado de la contaminación urbana, aunque se valga de ella, pero ese pueblo es como una familia en donde todos cuidan a todos y todos producen para todos. Van a la ciudad una vez por semana a vender su mercancía y gozan una bola cuando se regresan con las ganancias y la compra de lo que en el pueblo carecen. de noche en noche nutro más las ganas de vivir allí. Por cierto en el Forastero Misterioso hay una gata que hace milagros.
Me gustó ese peo en que te metistes, porque yo también acompaño mis madrugadas con fantasías, hasta tengo un bellísimo pueblo de artesanos, pescadores y agricultores, muy pero muy apartado de la contaminación urbana, aunque se valga de ella, pero ese pueblo es como una familia en donde todos cuidan a todos y todos producen para todos. Van a la ciudad una vez por semana a vender su mercancía y gozan una bola cuando se regresan con las ganancias y la compra de lo que en el pueblo carecen. de noche en noche nutro más las ganas de vivir allí. Por cierto en el Forastero Misterioso hay una gata que hace milagros.
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