
A Luis Arcadio, por sobrevivirme al fuego
Las mejores personas se van primero, los demás nos quedamos a perder al resto. Padre, en mis sueños te veo a los ojos y te digo que te odio. La realidad del día, del año siguiente, es que seguimos vivos sin comprender cómo. La ausencia ya está sembrada en nuestro cuerpo, crece en forma de un pequeño desierto. Eso es la calma. La sonrisa tiene el nombre de alguien que has amado y no has querido olvidar. Meses después, la música nocturna que te lo recuerda todavía te ayuda a dormir sin beber. Escuchar sus viejos discos es otra manera de volver a dormir juntos. La escritura, tú misma, se debaten entre el pasado y las posibilidades futuras. A pesar del dolor has comprobado que todavía eres capaz de amar a los otros, aunque en el fondo sepas que todo lo que nazca proviene de la misma carencia, la misma herida que busca repetirse. Un año después ya no nos hablamos, pero todavía te me apareces con los ojos blancos en algunos sueños.
=
Marianna Stephania (1990). Es escritora y gestora cultural. Ha publicado en diversas revistas independientes. Actualmente trabaja en una galería de arte contemporáneo y ayuda a la organización de festivales de poesía en espacios públicos. http://mariannastephania.tumblr.com.
Vivencias que dan lugar a pintar en letras sentimientos
LikeLike