
Árbol de kiwi
Sentada en el patio
junto a la lavadora
muerdo un kiwie
e imagino una versión pequeña de mí
siendo sacudida por los jugos de la fruta
que se liberan ante la presión de mis dientes.
Me devoro
pienso
y mi madre enciende la lavadora mirándome
dos blusas un par de calcetines
y la gorra de los red sox que le robé al chico que me trajo a casa anoche
esa marquita de sudor que rodea la visera
me hace sonreír pero mamá no pregunta nada mamá
no dice “oye pero es que tú no usas gorra” mamá no dice
“¿de dónde sacaste ese kiwi?” y yo me mastico como los vietnamitas
que comen polluelitos enteros freídos en aceite de girasol.
“Ya estoy dentro mío”
le digo a mamá mirándola sin parpadear
y ella pone una de mis calcetas en su nariz y aspira hondo
“tienes muchas cosas que hacer” me dice
y yo pienso en devolver una llamada
terminar una pelea
comenzar una pelea
romper billetes
sembrar un árbol de kiwi
justo en el centro de mi ciudad.
“Deletrea México mientras me masturbas”
me dijo el muchacho de la gorra de los red sox
la noche que me dejó en casa y yo me reí.
Mamá adentro platicaba con una española
en un radiochat de cuarentones
pensando en mí o en nada o en él.
La vi asomándose por las cortinas,
“mamá, te vi anoche mientras deletreaba a la ciudad más pequeña de México”
le digo escupiéndome del interior de ese kiwi
y ella inhala mis pies desde el fondo de esa calceta
“no lances las colillas al pasto”
dice apagando una ceniza con su pie desnudo
y yo pienso seriamente
en recoger mi cadáver de esa pulpa viscosa
que yace en el suelo
rodeada por las invisibles huellas de toda mi familia.
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Tercera guerra mundial
El día en que llegaste a mi casa todo sudado y ansioso
Por haber visto un video en internet donde alguien
Enumeraba los motivos de una inminente
Tercera guerra mundial
Supe que el conocerte y dejar que masticaras
La comida de mi madre y
Jugaras los videojuegos de mi hermano
Había sido una de las decisiones más idiotas
Y maravillosas de entre las pocas decisiones relevantes
Que he tomado en mi vida.
Entre jadeos mencionabas nombres de aviones
Que surcaban los cielos de países cuyo nombre es impronunciable,
Te aterraba la idea de morir lentamente por un gas tóxico e ilegal
Y todo esto lo tartamudeabas cogiéndome de las nalgas y besando mi cuello
como un perrito sediento frente a un charco de lluvia.
Te dije “me besas como perrito bebiendo agua de un charco de lluvia”
Y con un sobresalto me miraste como si yo fuera parte
De esas sociedades secretas que envenenan la pasta dental
E hipnotizan a las masas con mensajes subliminales en las canciones
Que escuchamos cuando nos quedamos solos en casa y no queremos tener sexo.
Esa noche estábamos solos en casa y no queríamos tener sexo
Entonces el odio que rellenaba la parte blanca de tus ojos
Me hizo entender que quizá la tercera guerra mundial ya ha comenzado
Desde hace tiempo
Y ambos somos parte de un plan inteligentemente prefabricado
Por una serie de hombres y mujeres malos que nos han elegido
Para experimentar hasta qué punto puede llegar esa tensa cuerda
Que determina los límites de la paciencia y el respeto y
El amor y las ganas de asesinar y el miedo y la alegría.
Todo va a estar bien
Te dije recogiendo una gotita de sudor de la punta de tu nariz
Con la punta de mi lengua.
Todo va a estar bien,
Y entonces te alejaste varios pasos más
De mí
Cuando las luces del coche de mis padres
Iluminaron la habitación.
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Un ensayo sobre For Emma, Forever Ago
pensando en escribir un exhaustivo ensayo sobre cómo y por qué el for emma, forever ago de bon iver afecta a mis receptores de serotonina. justo ahora estoy mirándome caminar por prolongación zaragoza en el norte de aguascalientes. me miro desde la ventana de una de esas casas de gente con dinero que están en prolongación zaragoza y me digo eh gretta, eh cuida tus receptores de serotonina, duerme un poco, arrópate, hace frío y volverás, gretta, volverás a tu país donde todos te dicen gretta. algo así comenzará el ensayo. sin embargo, mis receptores de serotonina están haciéndome dejar de tener ganas por escribir ese ensayo; hace frío y quiero volver a mi cuerpo que camina por prolongación zaragoza en el norte de aguascalientes. mis receptores de serotonina (que yo los imagino como unos pequeños cilindros color rojo en cuyo vacío corre agua muy azul la felicidad es agua muy azul y la tristeza es agua muy azul. hay que saber diferenciar ese tipo de cosas) ahora dicen ‘’no escribas ese ensayo sobre bon iver mejor sal y camina por unter der linden, en el centro de berlín; camina en este invierno de agua muy azul tal vez tú misma te veas caminar por unter der linden desde la ventana de un carro ajeno donde masturbas a un hermoso hombre; donde estás fumando piedra; donde podrías estar ensanchando los receptores de serotonina, pero luego pasas’’. gretta, te miras y dices, ‘’eh gretta, volverás, yo sé que volverás, pero difícilmente vas a escucharte. apaga ya la computadora gretta, duerme un poco, todo es mejor cuando amanece; los receptores de serotonina están como en descanso cuando despiertas. otras cosas en tu cerebro son las responsables de que te pongas de pie a seguir con tu labor de escribir poemas, de abrazar a tu novio, y reír con tus amigos y, dejar que el agua azul de la ciudad haga una lagunita bajo tus pies. duerme gretta o podrás verte de pronto mirándote desde la ventana que da al patio, te estarás mirando y la gretta del patio estará temblando de frío, y sus ojos endemoniados van a hacer que grites. duérmete antes de que el for emma, forever ago se termine y todo vuelva a comenzar, otra vez, asquerosamente’’.
estoy mirándome desde el patio. adentro estoy acostada en el suelo, imaginando mis receptores de serotonina, o escribiendo un ensayo sobre el for emma, forever ago. no tengo idea pero afuera tengo los ojos lo más endemoniados que jamás existirán. juro que estoy haciendo mi mejor esfuerzo, estoy mirándome pero ni todo este endemoniamiento en los ojos me puede hacer mirarme. necesito la voz de alguien. necesito una voz que resquebraje este frío, una voz que diga ‘’maldita sea qué buen curry preparaste’’ una voz que diga: ‘’me quedaré contigo hasta que amanezca y al despertar estaremos juntos en este sueño, pensando en la infancia. estaremos dotados con la capacidad de que el tiempo se detenga cuando contengamos la respiración: mira, gretta, mira cómo la gente se quedó congelada’’ él dirá (porque el poema es un hombre, siempre recuérdalo, es preciso que siempre lo recuerdes) él dirá: ‘’somos los dueños de la vida ahora que el tiempo nos pertenece’’ él dirá: ‘’ni este monstruo de diez cabezas nos ahogará’’ dijo todo esto señalando un mar azul cuyas olas fueron congeladas cuando tú y él dejaron de respirar. ya miraste mis endemoniados ojos, gretta, ya estás llorando, ya era hora de que miraras tus ojos cuando afuera cae la noche y la noche es eterna. afuera cae la parte negativa del poema. te dije que fueras paciente te dije que fueras balanceado.
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Gretta Uhlig (Aguascalientes, México, 1994). He publicado poemas en revistaTN y editorial Malospasos. Mi primer libro “He leído demasiadas cosas que ya no sé en qué creer ni en quién confiar por favor ayuda” será publicado en 2016 por Suicide Editors. Estudia gastronomía.