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CHRYSALIS II
Coge el móvil a medio acto, pequeño gesto que ya supone una derrota en sí mismo. Le duele aceptar que es una de esas noches, pero lo es. Si no se le ha puesto dura del todo ya, no lo va a hacer ahora. Comienza a oler el gatillazo inminente; eso le jode. Ha sido una noche surrealista. Demasiada coca, se convence él. Sino que se lo digan a ella, encerrada en sí misma, centrada en su clítoris. Ojos cerrados y pequeñas bocanadas de pez, buscando el resorte, su único e intransferible placer. Vaya zorra de mierda. Él enciende el móvil pero sigue penetrando, bombeando para que ella no se percate. Es una nota de voz de su colega, la escucha. Suena Yung Lean de fondo, parece que al final sí se han liado de after, ¡qué envidia! El colega canta a grito pelado Bonnie & Clyde seguido de unos gemidos al estilo Gainsbourg y comienza a decir con voz gangosa que quiere comerle el coño arrugado y poroso a la vieja de Brigitte Bardot o a La Faraona o a las dos a la vez. Después vienen dos delirantes minutos de un ruido extraño con la lengua, como si lamiese una pared estucada o el lomo de un perro de aguas. Apaga el móvil de golpe. Intenta contenerla, pero una risa tonta, histérica se apodera de él. A duras penas consigue ahogar la risa cuando comienza a llorar y ya no sabe si es por la presión, el subidón o el descojone. Al final no puede más y se libera, comienza a reír a carcajada limpia. Con el traqueteo, dentro, la polla hace click en esos resortes tan ansiados. Ella gime muy fuerte. “Vuelve a hacer eso”. La preocupación de él se esfuma. Y, de repente, todo llega fluido, en cascada: él se viene arriba, la erección vuelve, la risa sigue, cada vez más fuerte, ella gime, el ríe aún más, su polla se tensa, el clítoris de ella se dilata. Ella ríe, todo comienza a mojarse. Él ríe, ella muerde, abre los ojos y le mira por primera vez en toda la noche. Él y ella se miran, gimen al unísono, se descojonan y los dos lloran sin saber discernir el porqué. Y, en medio de ese caos, el móvil vuelve a sonar, pero ya nadie lo coge.
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Frank Lucas (España, 1988). Graduado en Cinematografía y Medios Audiovisuales en la especialidad de Dirección por la ESCAC (Barcelona), actualmente trabaja como realizador en Madrid y añora cada día que pasa su Barcelona natal. En otra vida no muy lejana, antes de lanzarse a la aventura del cine, fue economista y consultor. Tiene un blog llamado Edén subterráneo (https://edensubterraneo.wordpress.com/ ), donde da rienda suelta a su locura sin cortapisas. Está desarrollando un proyecto de serie televisiva (WV$P – https://vimeo.com/152436813 -) y su primer guión de largometraje.