
Anthony Neil Dart
Caballo y yo salimos de noche
bebemos en acequias negras
Caballo y yo estamos vivos
no hay más muerto que Ledo
Ivo sobre el hielo blanco
Caballo frota su espalda contra mi pecho
mientras Johnny reza y yo
pregunto por los alfileres
Caballo dice: «¡Calla,
que tus ojos!»
Caballo y yo salimos de noche
escupimos en la acera hierba amarga
que recalienta nuestros oídos
No sé quién es tu caballo
pero el mío me sonríe casi nunca
solo antes de morderme la mano
No sé quién soy ni si mi caballo sabe
que es mío porque come en otro establo
pero duerme con su cabeza
reposando sobre el heno de mis muslos
hasta cuando no duerme
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Las benévolas
hermosas deben de ser las benévolas
con sus blancos lirios en las manos y sus hombros
esparcidos de dolores
hermosas deben de ser las que llevan dentro la furia
en los ojos la tormenta
dentro del vaso agua dulce
dentro del vientre llevan las benévolas
toda la rabia y la sangre de las desleídas
las deslavazadas
las blancas las incoloras
las muertas las matadas
las madres amedrentadas
todo el dolor todos los versos
del verano incólume de lunas rojas
dentro del vientre viento
huracán de uñas llevan dentro
las benévolas
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vengo de ralea incandescente
de las que tengo memoria
ninguna conforme con el redil que le cercaron
se escaparon por los huecos que dejaron los ratones
vengo de las de la boca abierta
voluntad arremangada
fuerte musculatura cardiaca
y buena encarnadura
nos duran poco las heridas y gozamos de hermosas cicatrices
vengo de las mejor solas
que mal acompañadas
las de la risa y los ojos limpios
las carnestolendas
las manos piedras
columnas de acero con soldaduras
hasta donde sé
vengo
de las que arden
de las que ardieron
de las que provocaron
el incendio premeditado
de todas las fronteras
⁂
cada día asesino
a unos ochenta individuos
altamente socializados
con dedicación extrema
alejo sus cuerpos de la vida
los amontono me molesta
que se resistan
han venido buscando una luz
y yo les ofrezco el destello perpetuo
los montones agonizan retorciéndose
hasta la negra inmovilidad
ya no camino descalza
por no manchar de cadáveres las sábanas
~
Eva Gallud (Madrid, 1973). Licenciada en Filología inglesa se dedica profesionalmente a la traducción literaria. Dirige desde 2014 la revista digital multilingüe Triadæ Magazine, donde realiza labores de selección, traducción, maquetación y difusión. Ha publicado los poemarios Moléstenme solo para darme de comer (LVR [ediciones, 2011), Ningún mapa es seguro (Palimpsesto, 2014) y El taxidermista (Bancarrota, 2016). En 2018 aparecerá su próximo libro con la editorial Ya lo dijo Casimiro Parker. Ha aparecido en las antologías Poetrastos (LVR [ediciones, 2011) y 20 con 20 – Diálogos con poetas españolas actuales (Huerga & Fierro, 2016). Sus poemas han sido publicados en diversas revistas, tanto electrónicas como en papel, como la revista Nayagua del Centro de Poesía José Hierro, Revista Kokoro, Transtierros, Fanzine SinNombre, Animalario, Pro-Vocación o Cuadernos de creación.