Cinco poemas de Laura Sanz Corada (Aguilar de Campoo, 1993)

Laura Sanz Corada (Aguilar de Campoo, 1993). Es graduada en Antropología Social y Cultural por la Universidad de Granada. Ha realizado estancias académicas en Montevideo, Buenos Aires y Nueva Delhi. Especializada en el estudio de narrativas sociales, actualmente trabaja en procesos de escucha comunitaria para un desarrollo humano sostenible en Agirre Lehendakaria Center. Sus textos forman parte de dos antologías de diarios íntimos “La desconocida que soy” (2018) y “Diarios de encierro” (2020) por Índigo Editoras y ha colaborado en revistas como Amberes, Caracol Nocturno, Revista Détour, Guacamayo (Editorial Ojos de Sol), Poscultura Magazine o Zéjel. Ha sido jurado del XVII Premio Águila de Poesía 2021/22. Matar la geografía de los cuerpos de piedra es su primer poemario.

~

Oye el plañido

 

única manera que el animal conoce

de lavar el paisaje mudo

o su hundimiento.

 

 

A una mujer le quitan un hijo

 

puede estar vivo o                             muerto

pero el acto del robo está ahí presente

la aparición del hurto

convierte en mítico

al cuerpo

sin que exista la materia

la mujer rodea las cruces las flores

y las serpientes

la mujer es madre y accede

a lo efímero del recorrido

 

¿no existe un cántaro de vida

en los senos que se hinchan

como globos dulces de infancia

y caramelos sin control?

 

el médico hace cuentas y señala:

no hay ningún bebé / ¿dónde está el hijo?

pero la ciencia no atiende las quejas

ni a la política en los restos de cada pena

¿cómo vuelve un cuerpo

a su estado anterior?                 de gaseoso a sólido

nadie le explica

cómo poner las manos para sostener

lo que cae del pecho

ahora que no

ahora que nadie

la sangre no es

el mismo alimento que la leche.

 

 

En el viaje, borro mi cuerpo

 

/ para el viaje,

es preciso matar mi cuerpo

y los cuerpos del mundo

 

desde la boca del silencio

inquieta por haber nacido

humana y no astro

humana y no lágrima

 

¿y si en el balanceo

hemos encontrado

la forma pura de narrarnos?

 

poso mi emoción desnuda en el ojo

como un campo de pueblos abiertos

de trigo blanco

nunca fui buena para el cálculo

pero he aprendido a contemplar.

 

 

Casi siempre

 

el pensamiento

de que deshabitar un lugar

es un regreso

/ perenne

al habla.

 

 

No desaparezcas: los pájaros, el corazón del pez de agua dulce, la luciérnaga alumbrando el pasto / laten. Dentro de la velocidad hay un hijo, en el centro, y lo olvidamos. Pero si abres la boca al zumbido de la abeja, permanecerás ç

en su significado.

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