Gian Pierre Codarlupo Alvarado (Paita, Perú, 1997). Ha realizado estudios de Lengua y Literatura en la Universidad Nacional de Piura (Perú). Ha publicado el libro Caída de un pájaro en el mar (Universidad Nacional de Piura, 2018), con el que obtuvo en Primer Premio en el II Concurso Nacional de Cuento y Poesía “Huauco de Oro”. En 2017 fue Mención Honrosa en el X Concurso “El Poeta Joven del Perú”, organizado por la Fundación Marco Antonio Corcuera. Ha participado en distintas ferias y festivales de poesía por distintos lugares del Perú, Latinoamérica y Europa. Es colaborador de la Revista Mal de Ojo. Se ha adjudicado la Beca de Residencia de Creación Artística Candela 2022-2023 otorgada por el MANU. Museo de Arte Contemporáneo Nuria Rengifo, así como también la beca “Atelier Poético. Residencias virtuales en movimiento” por parte de la Organización de Estados Iberoamericanos. Recientemente obtuvo la BECA 3S (Shanghai Summer School) por parte de la Universidad de Estudios Internacionales de Shanghai (SISU). Actualmente radica en Madrid.
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Poeta ou non, eu cantarei as cousas
A Bryana Cruz Palacios, con quien leí “Nimbos” en Burela
O Poeta e tradutor
Procedente de una familia labriega y de emigrantes dispersos en Cuba y Buenos Aires, aunque con una buena formación a nivel cultural, Xosé María Díaz Castro es una voz poética bastante desconocida en el panorama literario de España. Nació el 19 de febrero de 1914 a las ocho de la mañana en la parroquia de Os Vilares, lindera con la villa de Guitiriz, en la provincia de Lugo. El joven Díaz Castro ingresa en el año 1931 en el Seminario de Mondoñedo, donde va a coincidir con Aquilino Iglesia Alvariño, que en 1936 lo llamaría para ser profesor en el colegio León XIII, de Villagarcía de Arosa. Previamente a su experiencia como maestro estuvo presente en la guerra, aunque fue a defender su fe. Todo hay que decirlo. Una vez instalado en el frente de Asturias es testigo de la barbarie de la Guerra Civil y sus convicciones profundas declinan. Influenciado por el latín, que estudió en su estancia en Mondoñedo, la poesía de Díaz Castro tiene un temperamento altamente lírico. Uno de sus ex alumnos lo recuerda de esta manera: «Recuerdo muy bien cuando yo cursaba tercero de bachillerato, apareció por ahí Xosé María Díaz Castro. Recuerdo perfectamente el día que llegó al colegio. Traía una gabardina nova, traía un traje de lana verde y unos zapatos que llamaban la atención por brillantes. Era profesor de francés, de alemán y de religión». A partir de 1948 se traslada a Madrid donde inicia una labor incansable como traductor. Tradujo a autores como Rilke, William Butler Yeats, Paul Claudel, Víctor Hugo, Campoamor, entre otros. Es en Madrid donde gana una oposición para trabajar como traductor en el Ministerio de la Gobernación, y se dedica a traducir secretos de Estado e interpretar mensajes en clave y telegramas que provenían del extranjero. Alejado de los focos públicos y con un escaso contacto con otros poetas gallegos, Díaz Castro solo publicó un libro en vida: Nimbos. Es en 1946 cuando aparecen publicados sus primeros poemas, y obtiene el premio de los “Xogos Florais de Betanzos”, en la categoría gallego así como también en español. En 1952, es parte del Instituto de Cultura Hispánica como encargado de los servicios de traducción para francés, alemán, italiano, portugués, holandés y lenguas escandinavas. Díaz Castro fue un traductor apasionado, es así que manifiesta en el “Faro de Vigo” en 1988: «La traducción es una forma de recreación. Y ciencia, pero también un arte… Y dentro del género literario, la traducción de poesía es dificilísima, casi imposible. La poesía tiene algo de misterio y de símbolo y lenguaje propio»[1]. El investigador Armando Requeixo ha llegado a afirmar que las traducciones de Díaz Castro a lo largo de su vida alcanzarían las 3000 páginas. Para el poeta, la traducción tenía una importancia vital dentro del desarrollo de la cultura. Es así que afirmó: «Yo considero esencial para la cultura traducir la mayor cantidad posible de obras extranjeras de fama mundial, y también de escritores modernos ya famosos. Además deberíamos promocionar nuestra producción en el extranjero (…) Podríamos —incluso— traducir nuestros libros a lenguas extranjeras, sin esperar a que nos conozcan sin leernos»[2]. Para el año 1954 contrae matrimonio con María Teresa Zubizarreta Bengoechea, con quien tendría tres hijos: José Mari, Maite e Íñigo. A María Teresa la conoció a través de cartas durante la Guerra Civil, ya que en ese momento tuvo distintos contactos con las denominadas “madrinas de guerra”, entre ellas su esposa. Tanta era la reticencia de Díaz Castro a las masas, que recién en 1959 asiste a su primer recital público en el Centro Galego de Madrid, con motivo de la “Festa da Poesía”. Su actividad literaria sigue dispersa por esos años, publica en “La noche” y en “La hoja del lunes de La Coruña” con diversos seudónimos. Tras la insistencia de Francisco Fernández del Riego y de Ramón Piñeiro, Díaz Castro decide publicar Nimbos bajo el sello de la editorial Galaxia, en 1961. Los poemas que aparecieron en este libro son en realidad una recopilación de textos dispersos en distintas revistas. Aproximadamente en 1985 decide retornar a su tierra y se instala definitivamente en Guitiriz. A partir de este momento viene el reconocimiento por parte de la crítica y de su gente, homenajes, nuevas ediciones, entrevistas, etc. Manuel María Fernández Teixeiro, uno de los más grandes poetas que ha dado Galicia, lo recuerda de esta manera: «Es un hombre de mediana altura, bien proporcionado, amplia frente, cabellos plateados y mirada expresiva detrás de sus gafas como dicen los cubanos. Las notas características de su personalidad, a nuestro juicio, son: la autenticidad, la mesura y la humildad. No intenta deslumbrar ni impresionar a nadie como tantos poetas “profesionales”. Su poesía y su vida son la misma cosa como agudamente nos enseñó Otero Pedrayo (…) Xosé María Díaz Castro es un hombre cordial, bueno y generoso. Un hombre sin pretensión, que va por la vida con ojos abiertos a la belleza y el corazón abierto al paisaje, a los animales, a los hombres. No exige nada, no pide nada»[3]. En 1988 muere inesperadamente su esposa. Un 2 de octubre de 1990 Xosé María moriría en Lugo. A su entierro asistieron numerosos vecinos, amigos y escritores. El poeta vaticinó así su muerte: «Quero morrer de música nunha tarde de pinos / sen sentir o martelo dun recordó no sangue,/ e caer amodiño na sombra como a lúa / enterra as súas cornas tras de Arxán[4]».
Nimbos
La poesía gallega la conocemos desde la tradición trovadoresca. Y dentro de cualquier formación literaria las figuras de Rosalía de Castro, Eduardo Pondal, Álvaro Cunqueiro o Uxío Novoneyra son ineludibles. La aparición de Xosé María Díaz Castro significó un vuelco de mirada hacia la literatura gallega, fue una sacudida, pero teniendo mucho cuidado con las formas. Por los años de la descomposición del régimen franquista la denominada «poesía social» era la favorita de los jóvenes poetas, un llamado para colaborar con el derrocamiento de aquel orden sangriento. Es así que aquellas voces distintas enmudecieron ante la oleada de la protesta general. La poesía de Xosé María se aleja de la canción panfletaria y al mismo tiempo escribe uno de los poemas de temática social más profundos escritos en Galicia titulado PENÉLOPE: «Un paso adiante e outro atrás, Galiza, / e a tea dos teus soños non se move. / A espranza nos teus ollos se espreguiza. / Aran os bois e chove. // Un bruar de navíos moi lonxanos / che estrolla o sono mol coma unha uva. / Pro tí envólveste en sabas de mil anos, / e en sonos volves a escoitar a chuva. // Traguerán os camiños algún día / a xente que levaron. Deus é o mesmo. / Suco vai, suco vén, ¡Xesús María!, / e toda cousa ha de pagar seu desmo. // Desorballando os prados coma sono, / o Tempo vai de Parga a Pastoriza. / Vaise enterrando, suco a suco, o Outono. / ¡Un paso adiante e outro atrás, Galiza![5]».
En palabras del ilustre don Ricardo Carballo Calero: «Díaz Castro es un representante del existencialismo poético, uno de los más conspicuos, si no el más conspicuo, siempre que demos a la palabra existencialismo un sentido general y no vinculemos el concepto a una escuela histórica determinada (…) La poesía de Díaz Castro, aunque integrada en un paisaje campesino, rumoroso de trabajos agrícolas y dominado por la presencia del ganado bovino, tan vinculado a la vida de nuestro labrador, se remonta como queda dicho, al cielo de la trascendencia». El poeta de Vilares estaba muy compenetrado con la tierra y en alguna medida Nimbos viene a significar una recuperación por la infancia y la patria perdida, la lucha por el destino más digno de todo un pueblo. Su regreso a Galicia significaba también una reconciliación con sus orígenes.
Sin embargo, es necesario mencionar que gran parte de la obra de Díaz Castro se encontraba inédita hasta el año 2014 que salió publicada su poesía completa por la editorial Galaxia. Por otro lado, la crítica literaria redujo al poeta a un solo libro, que en este caso es Nimbos. Podemos dividir la obra Díaz Castro en tres etapas: 1) la etapa de la preguerra, con textos dispersos en periódicos y revistas; 2) producción que va desde 1946 a 1961 con colaboraciones en revistas de postguerra, principalmente en “Alba” y la aparición de Nimbos; 3) años de jubilación en 1983 que coincide con su regreso a Guitiriz hasta 1990 cuando muere. La primera etapa está marcada por un tono confesional, místico y ciertos toques modernistas bajo la influencia de Baudelaire, Lamartine y Musset. Es en esta etapa donde forma parte de la “Escola Poética do Seminario de Mondoñedo”, y sigue una corriente que se denominó Paisajismo Humanista, muy cercano a los estilos de Xosé Crecente Vega y sobretodo de Aquilino Iglesia Alvariño. La segunda etapa coincide con el interés de los editores de Galaxia por incorporar a Díaz Castro dentro de su catálogo, ya que previamente habían leído los poemas aparecidos en la revista “Alba”. Con la publicación de Nimbos, Díaz Castro pasó a ser un referente. En este libro los temas que discurren son el tiempo, la historia, Galicia como destino, la dicotomía de la luz y la sombra y principalmente la concepción de una poética, como lo demuestra en el poema COMA VENTOS FUXIDOS, que inicia el libro: «Estes non son poemas, nin cimentos / de poemas siquera. Son fragmentos de min mesmo perdidos, / coma ventos fuxidos, / por antigos camiños esquencidos: / ¡Díaz Castro perdido no traxeito / dun recordo moi longo, recolleito / por un anxo e salvado / nalgún intre de amor desesperado![6]».
Para Díaz Castro el oficio del poeta es el de nombrar las cosas, es decir, la concepción del poeta unido a la divinidad. La presencia de la antinomia luz/sombra es una constante dentro del poemario, con múltiples significados e interpretaciones, principalmente lo ligado a la memoria, una memoria que ilumina. Hay también en Nimbos un retrato de la realidad gallega con respecto a la migración que Díaz Castro logra plasmar en el poema “AI, CAPITÁN”: «¡Chorar, chorar, mentres o barco rompe / contra o solpor, na noite! // A túa pipa non verán meus ollos / fomegar máis; / nin e teu riso, para sempre inmenso / abrente na mar. / Lume che din, cinza me queda. ¡Cinza, / capitán![7]».
Como ya se ha mencionado, Díaz Castro solo publicó un libro en vida. La poesía inédita distribuida en Folla verdes. Cantares e romance y Follas ô aire (Nóvas poesías), mantienen todavía la influencia de Rosalía de Castro, la religiosidad popular y los paisajes rústicos. La figura de Díaz Castro es a la vez una introducción a la poesía escrita en gallego, aquel remoto lugar de donde siempre parten marineros, llueve, hay neblina y mucho frío. Este escrito es a la vez un reclamo para repensar lo que significa la literatura española, porque cuando se dice esto solo se piensa en aquella literatura escrita en lengua española, pero no se le considera a lo que se ha escrito en Catalunya, Galicia o el País Vasco. El escaso interés en la traducción y edición de poesía no es para sorprendernos, pero sí para fijar una mirada en lo que circula en el panorama literario. ¿Qué poetas de España conocemos en Latinoamérica más allá de García Lorca o Miguel Hernández? ¿Qué libros son los que nos llegan? Dependiendo de la editorial y la línea que sigan tendremos una respuesta, ya que cada editorial sigue su línea ideológica. Por ejemplo, editoriales como Visor o Pretextos suelen tener un tinte bastante conservador, salvo algunas excepciones. En España el circuito literario se ha reducido a los escritores que circulan por el Instituto Cervantes, y en cuanto a la poesía casi todos y todas se rinden pleitesía entre sí mismos, algo que torna el ambiente poético en una cosa rancia y limitada. Parece que actualmente en España no hay nada más allá de la denominada “poesía de la experiencia” y sus herederos, es decir, textos sin alma y sin calidad, que son inflados de manera exorbitante por la prensa burguesa. Pero nada de eso importa. Son pocas las voces interesantes y atrevidas, y estas están más allá de Madrid y Barcelona. ¿Qué poetas latinoamericanos se leen en España más allá de los clásicos del siglo XX? Hay que estar atento a lo que se escribe y publica en este tiempo. Son muchas las preguntas a las cuales hay que dar respuesta. Es por eso que hay que echarle una mirada a la literatura gallega, nos dejará gratamente sorprendidos. La obra de Xosé María Díaz Castro se inscribe dentro de las cumbres de la poesía en Galicia, pero hay que ir más allá y seguir explorando esos parajes. Antes de culminar este artículo quisiera agradecer profundamente a Alfonso Blanco Torrado, Raúl Río, José Antonio Arias, Baldomero Francisco Iglesias (Mero para los amigos) y a la profesora Susana Vázquez de la IES Xosé María Díaz Castro, quienes amablemente me ofrecieron su amistad, me llevaron a la tumba y casa de Díaz Castro, y me brindaron más pistas del poeta. Sin estas personas no habría sido posible todo este proceso de investigación en Guitiriz, Galicia. A ellos van estas palabras.
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[1] La traducción es nuestra: «A tradución é un xeito de recreación. É ciencia, pero tamén unha arte… E dentro do xénero literario, a tradución da poesía é dificilísima, case imposible. A poesía ten algo de misterio e de símbolo e lingoaxe propia».
[2] La traducción es nuestra: «Eu considero esencial para a cultura traducir a maior cantidade posible de obras extranxeiras de fama mundial, e tamén de escritores modernos xa famosos. Ademais deberíamos promocionar a nosa produción no extranxeiro (…) Poderíamos —incluso— traducir nós nosos libros a linguas extranxeiras, sen agardar a que nos coñezan sen lernos».
[3] La traducción es nuestra: «E un home de mediano altor, ben proporcionado, ampla frente, cabelos plateados e ollada espresiva tras dos seus espejuelos como dicen os cubanos. As notas características da súa personalidade, ao noso xuicio, son: a autenticidade, a mesura e a humildades. Non intenta deslumbrar nen apampar a ninguén como tantos poetas “profesionais”. A súa poesía e a súa vida son a mesma cousa como agudamente nos enseñou Otero Pedraio (…) Xosé María Díaz Castro é un home cordial, bo e xeneroso. Un home sen pretensiós, que vai pola vida cos ollos abertos á beleza e o corazón aberto á paisaxe, aos animais, aos homes. Non esixe nada, non pide nada».
[4] La traducción es del autor: «Quiero morir de música en una tarde de pinos / sin sentir el martillo de un recuerdo en la sangre / y caer despacito en la sombra como la luna / entierra sus cuernos tras (los montes de) Arjá»
[5] La traducción es del autor: «PENÉLOPE // Un paso hacia delante y otro hacia atrás, Galicia, / y la tela de tus sueños no se mueve. / En tus ojos se despereza la esperanza, / aran los bueyes, llueve. // Un fragor de navíos muy lejano / te estruja el sueño, blando como una uva. / Pero tú te envuelves en sábanas de mil años / y en sueños tornas a escuchar tu lluvia. // Traerán los caminos algún día / a los que ellos llevaron. Dios no cambia. / Surco va, surco viene, ¡Jesús, María!, / y toda cosa ha de pagar su diezmo. // Disipando el rocío de tus prados de ensueño, / el Tiempo va de Parga a Pastoriza. / Se va enterrando, surco a surco, el Otoño. / ¡Un paso hacia delante y otro hacia atrás, Galicia!»
[6] La traducción es del autor: «COMO VIENTOS HUIDOS // Estos no son poemas, ni cimientos / de poemas siquiera. Son fragmentos / de mí mismo, perdidos / como vientos huidos / por antiguos caminos olvidados: / ¡Díaz Castro perdido en el trayecto / de un recuerdo muy largo, y por un ángel / recogido y salvado / en un trance de amor desesperado».
[7] La traducción es del autor: «¡Llorar, llorar, mientras el barco zarpa / rumbo al poniente, en la noche! // Nunca mis ojos verán ya tu pipa / humear, nunca más; / ni tu reír, inmenso amanecer / sobre el mar. / Fuego te di, ceniza me queda. ¡Ceniza, / capitán!»
Referencias
Antón Cascudo, X. (Dirección). (2014). O instante eterno [Película].
Blanco Torrado, A. (2014). Desorballando Outonos. Lugo: Deputación de Lugo.
Díaz Castro, J. M. (1982). NIMBOS. (J. M. Díaz Castro, Trad.) Madrid: Editora Nacional.
Díaz Castro, X. M. (2014). Nimbos de luz. Galicia: Editorial Galaxia.
Díaz Castro, X. M. (2014). Poesía galega completa. Vigo: Editorial Galaxia, S. A.
Granda Márquez, A. A., Pereira Trillo, R., Pernas Polo, S., Barbosa Vicente, M., Bermúdez Álvarez, G., Díaz Lorenzo, J. C., y otros. (2014). Letras galegas 2014. Xosé María Díaz Castro. Lugo: Xunta de Galicia.
Requeixo, A. (2013). Vida e obra de Xosé María Díaz Castro. Vigo: Editorial Galaxia, S. A. .