
¿qué tan cierto es que Dios nos machaca con los codos como si fuéramos nueces? ¿quién dijo que en el norte sin tetas no hay paraíso?
pertenezco a una generación de poetas con bigote a medias
y fotos de fellini y gatitos por todo facebook
a blanco y negro y en collage
en donde la vida es una corta carrera de perros pug
-pero de pequeños pony en definitiva no-
y coger un amor con palillos chinos peca de complejo
y anticuado
(publicar poemas sigue siendo un desfile de feas)
andar a ciegas y resolver un cubo de rubik con los dedos de los pies
no es ofrenda: es ayuno
gastar los centavos en luz por no abrir las ventanas
ya sea que pase el sol de largo
o el dolor nos doble las pestañas
en un dos por tres se vacían las esperanzas
y en la nariz nos sube un polvo de hadas
coca con helado vainilla cortesía de la casa
y la casa siempre gana
soy discípulo de un homero norteamericano editado por fox
tengo de tradición a vaqueros italianos disparando
endecasílabos hacia indios que apenas y bailan el trompo
en una revuelta que cabe dentro del tazón de cereal
soy el vecino incómodo de los poetas del vacío que construyen
sus garabatos en el absurdo y son perritos en tutú
a los que les da pena ir a la esquina sin papá de la mano
se creen bukowski a las tres minervas
y no reparan en mover su trasero a otra vanguardia
soy el hospitalario virgilio que devuelve los
poetas al infierno
y me encanta
ver como entran y salen mis palabras de sus bocas
=
Me corté con la navaja de afeitar al ver a Tadzio en el espejo
el rostro humano es caldera sellada
William Blake
uno apenas puede con uno
y tira las bolsas del supermercado y a su madre
y el peso de los libros al suelo
tengo una lengua inválida que aún quiere competir
en los juegos olímpicos de invierno
a la que le cuelgan medallas doradas de chocolate y chicle
solamente por asomarse de la boca
soy un niño que apenas sale al sol y se quema
o al contrario
muchas veces sin salir me queman con la pura mirada
y me dejan oliendo a azufre
y con el diablo al lado
tengo problemas para definirme de frontera:
dicen que soy del norte
pero mi cuerpo se gobierna desde el sur
¿rebeldía? solo soy bueno actuando de james dean
y los jeans me quedan grandes
y la chamarra hace juego con el color de mi alma
es estúpido verme al espejo y darme cuenta
que tentativamente
no tengo ni idea de lo que será de mis labios a la mañana siguiente
que lo más importante radica
en la parte de tu cuerpo en donde pondré la primer bala.
=
Nunca estuve contemplado en la nómina de Nintendo
mi vida fue puesta en un videojuego que era manejado
por dos controles al mismo tiempo:
eran controles de una palanca
débil e inclinada
durante décadas diversas niñas se fueron aburriendo
de mi historia:
conocían los pasadizos secretos
y el escondite de mis llaves secretas:
mi táctica fue cambiar el contenido de los cofres
quité las moneditas y en su lugar coloqué cerezas:
al igual que pacman mis fantasmas me perseguían
y detrás de la pantalla
dios contemplaba el espectáculo desde su butaca
de vez en cuando él me arrojaba una roseta de maíz
o un m&m’s directo a la boca
y en esos instantes todos los mares y nubes y gotas de grifo
se volvían de agua dulce
y salado se vuelve el labio que reposa sobre el mío
mientras pronuncio un game over antes de jalar
el gatillo del primer nintendo
y matar a los patos que se llevan mis sueños
hasta el fondo de la tv.
=
La caída de la pila de mi celular -o la caída de mi vida- duele
a Navil Vanegas
no tengo madre
ni pila en el celuar: ni un corazón inserto en otra persona
no sé nada de las estrategias motivacionales de césar lozano para ser feliz
necesito leer libros de autoayuda
un par de cervezas más
necesito dejar de leer poemas que no dicen nada de la realidad
taparme la nariz y la boca hasta quedar azul
un par de pastillas antidepresivas y el mejor disco de rock
de la historia
o quizá necesito escribir una historia con el cuerpo
otra con la mente
quitarle la pluma a mi yo lírico cursi
aplastar la cucaracha que vuela por el bar
pediré a papá noel un poco de responsabilidad
aunque sean 50 mililitros o 100 gramos
y caer rendido: caer con la única intención
de que me detengas
que tus labios sean la red
esa telaraña en que enredarme hasta morir.
=
La memoria del pequeño César
hace tiempo que dejé hablando a mis padres solos
tumbé la puerta que era mi boca
y salí de prisa
con las botas bien puestas
-aprendí a alcanzar la caja de cereal de puntitas
sin usar silla ni escalar la alacena-
ya no soy el mismo gatito que no salía de tu cuerpo
tengo bigotes y ronroneo
malas palabras
cuando vi tu boca lo supe todo:
le guardé el respeto suficiente para no venirme en ella
(a mi favor tenía una buena zurda
útil para el box el béisbol
y para mí)
pateando un bote vacío en el camino me he dado cuenta
que no he vuelto a preguntar por droga
ni he agarrado un catarro bajo la lluvia
que el sol no es el buen amigo que decía reyes
le perdí la confianza a los libros de borrachos
no eran manuales de vida
mucho menos literatura
quizá el tiempo dio la razón y no saldrían
rosas de entre mis costillas:
no todo es miel sobre hojuelas
hay que darle al fuego lo que es del fuego
=

Juan Manuel Zermeño Posadas (Monterrey, Nuevo León, 1991) es poeta, crítico literario y editor de la revista Kátharsis XXI. Estudiante de la licenciatura en Letras Mexicanas en la UANL. Cofundador del colectivo Slam Poetry Monterrey. En 2013 obtuvo el primero y segundo lugar más una mención honorifica en el Certamen de Literatura Joven Universitaria de la UANL. Su trabajo aparece en las antologías Poetas Parricidas -Generación de entre siglos- (Cuadrivio, 2014), Palabras de emergencia: poesía joven desde el asfalto (Ed. Regia Cartonera, 2013) y Los volátiles (Juanita Cartonera de Chile, 2014), así como en el CD “Antología de Spoken Word regiomontano” (Slam Poetry Monterrey, 2013). Ha colaborado en el suplemento Laberinto de Milenio Diario Nacional, así como en diferentes revistas como Papeles de la Mancuspia, Kátharsis e Interfolia, y diversas páginas web como Círculo de Poesía, Órfico, Letrina, Revista El Humo (México) Los poetas del cinco (Chile), Cráneo de Pangea (Ecuador) Nuestra Aparente Rendición, Tenían 20 años y estaban locos (España).
Reblogueó esto en La pesadilla de la juventud todavía me encuentra desnuda .
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