
No sé donde estoy
no me interesa
esa es la forma en que yo tomo una taza
levanto un lápiz
enciendo el televisor
apago el despertado o simplemente tomo una cerveza
a sabiendas de que no sabré volver al vecindario que me vio correr descalzo
no conozco la resiliencia
nunca regreso de nada
no me atrevo hacerlo
he estado más que enfermo
mi pesadez fecunda lenguas de porcelana en lugar de manos
ahora es fácil decir las cosas
hemos venido cogiendo el mundo
fumándolo restregándolo orinándolo en pequeños papeles
como si un chorreón te hiciera mella entre los parpados
entre los ojos que se cortan desde el iris
desde la garganta
desde el omóplato que se parte en un rayo
y lo digo bien porque si no el rayo seguirá siendo el maldito
asociado con la demencia
con la figura de fungir únicamente entre las palabras
de las palabras conocemos todo
uno se queda pensando en la mirada
¿qué hay de la mirada?
de los viejos portales que se declinan
de los objetos
de las monedas
de las armas
de la simple apariencia
entonces
¿qué hay de la profundidad?
de lo importante
de lo que casi no se ve entre la ropa
es ahora un viento sofocante el que termina contestando la pregunta
un simple término
las apariencias tienen forma de término ¿es así?
uno parece no saberlo y digo no saberlo porque las cosas siempre se saben
se no es fácil decir olvidar las cosas
como si no nos interesara la olla a presión que dejamos un día encendida
entendemos a media
a errores
es por ello que ya no voy a las subastas
hablo de romper líneas
de romper la trascripción exacta
de no hacer lo mismo
pero para romper una mirada
una infección
una enfermedad contagiosa
la cuestión debe mantenerse inerte
es decir entre la sangre
debes aventar la bóveda
el vientre contra las paredes blancas
debes mirar la mezcla de un albañil
aún así saberte limpio
no querer estarlo
la prescripción sin embargo de estar solo existe
mi nostalgia de ver los huecos
el sonido menguado de una plancha que escupe
comer los vidrios no es castigo
saber de nostalgia lo es
las uñas falsas seguirán siendo el modo de ver el mundo
no saber de caricias es apuñalarte por la espalda
el alma con tuétano
en lo que tú como yo vamos citando
tejiendo
recabando
figurando
los hilos
los poros
la vieja cruz de una iglesia
se nos acaban las palabras de los ojos.
=
Uriel Hernández Gonzaga, nació en 1992, Guerrero, México. Actualmente cursa la licenciatura en psicología de la Universidad Autónoma de Guerrero. En el año 2013 formó parte de la primera generación del proyecto Red de Letras, Acapulco Gro. México. Cuenta con participación en la Primera y Segunda Feria Internacional del Libro Acapulco. Poemas y cuentos suyos han sido publicados en revistas digitales e impresas. Ganador del concurso día del escritor, Bruma Ediciones. Es parte de los escritores incluidos en la Antología Homenaje a Antonio Machado, editorial Artgerust, Madrid, España. Antología de cuento Red de Letras, antología de escritores acapulqueños. Antología Poética Migraciones. Ed. ABN Arte Buhonero, Tijuana B.C, México. Antología Poética Versos en el Aire III, Del colectivo Diversidad Literaria, Madrid España, entre otras. Recientemente incursiona en la poesía experimental.
Reblogueó esto en La pesadilla de la juventud todavía me encuentra desnuda.
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