Declive, por Uriel Hernández

Julian Callos
Julian Callos

 

No sé donde estoy

no me interesa

esa es la forma en que yo tomo una taza

levanto un lápiz

enciendo el televisor

apago el despertado o simplemente tomo una cerveza 

a sabiendas de que no sabré volver al vecindario que me vio correr descalzo

 

no conozco la  resiliencia

nunca regreso de nada

no me atrevo hacerlo

he estado más que enfermo

mi pesadez fecunda lenguas de porcelana en lugar de manos

 

ahora es fácil decir las cosas

hemos venido cogiendo el mundo

fumándolo restregándolo orinándolo en pequeños papeles

como si un chorreón te hiciera mella entre los parpados

entre los ojos que se cortan desde el iris

desde la garganta

desde el omóplato que se parte en un rayo

y lo digo bien porque si no el rayo seguirá siendo el maldito

asociado con la demencia

con la figura de fungir únicamente entre las palabras

de las palabras conocemos todo

uno se queda pensando en la mirada

¿qué hay de la mirada?

de los viejos portales que se declinan

de los objetos

de las monedas

de las armas

de la simple apariencia

entonces

¿qué hay de la  profundidad?

de lo importante

de lo que casi no se ve entre la ropa

es ahora un viento sofocante el que termina contestando la pregunta

un simple término

las apariencias tienen forma de término ¿es así?

uno parece no saberlo y digo no saberlo porque las cosas siempre se saben

se no es fácil decir olvidar las cosas

como si no nos interesara la olla a presión que dejamos un día encendida

entendemos a media

a errores

es por ello que ya no voy a las subastas

hablo de romper líneas

de romper la trascripción exacta

de no hacer lo mismo

pero para romper una mirada

una infección

una enfermedad contagiosa

la cuestión debe mantenerse inerte

es decir entre la sangre

debes aventar la bóveda

el vientre contra las paredes blancas

debes mirar la  mezcla de un albañil

aún así saberte limpio

no querer estarlo

la prescripción sin embargo de estar solo existe

mi nostalgia de ver los huecos

el sonido menguado de una plancha que escupe

comer los vidrios no es castigo

saber de nostalgia lo es

las uñas falsas seguirán siendo el modo de ver el mundo

no saber de caricias es apuñalarte por la espalda

el alma con tuétano

en lo que tú como yo vamos citando

tejiendo

recabando

figurando

los hilos

los poros

la vieja cruz de una iglesia

se nos acaban las palabras de los ojos.

 

=

Uriel Hernández Gonzaga, nació en 1992, Guerrero, México.  Actualmente cursa la licenciatura en psicología de la Universidad Autónoma de Guerrero. En el año 2013 formó parte de la primera generación del proyecto Red de Letras,  Acapulco Gro. México. Cuenta con participación en la Primera y Segunda Feria Internacional del Libro Acapulco.  Poemas y cuentos suyos han sido publicados en revistas digitales e impresas. Ganador del concurso día del escritor, Bruma Ediciones.   Es parte de los escritores incluidos en la Antología Homenaje a Antonio Machado, editorial  Artgerust, Madrid, España.  Antología de cuento Red de Letras, antología de escritores acapulqueños. Antología Poética Migraciones. Ed. ABN Arte Buhonero, Tijuana B.C, México. Antología Poética Versos en el Aire III, Del colectivo Diversidad Literaria, Madrid España, entre otras. Recientemente incursiona en la poesía experimental.

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