
Crónica cabalística
Yo no creo en la magia
pero tengo un secreto:
llevo mi pez bajo el brazo
y camino dibujándole orejas
hasta que lo vea:
el destino librado del animal
la seña de la música
en el agua
flotando
como punto de partida
para crecer
***
Una cantidad normal de estrellas
La única noche que sirve ahora es la partida
un camino huidizo en que
iremos recreando el juego de los elefantes:
saber convertir la idea en hombre
y al hombre en anuncio publicitario
***
Nadie se está quejando
Era la seña sagrada,
el robo de las ondas del sonido
y de otras cosas
de una metáfora sin contexto
atrapada en la oreja del espejo.
No hay
coartada
porque no estamos en el cielo: ni estaremos
Entre dos capas terrestres
la seña es más clara.
El cuerpo
explota y la onda
se propaga
o al revés
quiero decir, la onda explota
y el tiempo se hace pedazos.
***
Todas las negociaciones con el cuerpo no han dado resultado
Salvo pantalones rotos
y orejas sucias
he hecho bien mi trabajo
Mantuve el brillo aséptico en los ojos
(alguien más podría
no haber visto nada)
¿Cómo supuse que llegaría
hasta aquí?
Nunca he tenido a dónde volver
y la idea de hacerlo se suspendía tiesa de un risco
breve como una muerte en televisión
En cualquier caso tengo los bolsillos repletos de tratamientos para dolencias comunes
y guardo la vida al fondo:
en google todas las enfermedades
son diferentes
***
Jorge Romero (Caracas, 1993)
Para Jorge Romero. De tus cuatro poemas me quedo con el último, desde mi punto de vista muy bueno.
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Muchas gracias amigo/a Anónimo
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Hola amigo compartimos el nombre y la musa.
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