
Imagen obtenida aquí
Tranzz
amo tus paredes en las que me estampo
como mosca gorda a las diez de la mañana
dibujando la ultima noche del caminante
con sombrero y botella en mano,
he delirado incendios bajo tus laminas altas
rebosantes de polvo y quebranto
amo tu gente impura
esas carcajadas podridas
de corazones viejos y malnutridos,
a la plática ofensiva de toda alma que se aprecie
el llanto no ha llegado a tu puerta todavía
fuera de ti la muerte siempre me parece cercana
amo tu barra de azulejo
y esos bancos pegados en tus columnas
en los que he conciliado la calma
el silencio que necesito para asestar el golpe
y no escuchar esa voz que me lleva a un paso del canal
por eso me marcho hasta al anochecer paro no verlo
amo que no tengas ninguna indicación
nada de anuncios fluorescentes
y que tus ceniceros lleven nombres de hoteles de paso,
presuroso siempre llego a refugiarme en ti
con mínimas pertenencia y poco dinero
siempre respondes a todos mis ruegos
amo que recibas mis dibujos
esos nacidos de la ansiedad y que no corrijo
porque no tengo referencias claras tampoco ningún talento,
un día me explotó una bomba de mierda en las manos
que trato siempre de traspasar mis limites
de esos que la cordura pone como modelos
amo que no tengas memoria
pareces ya un hospicio de tantos que te visitan
han recibido tu aura alcohólica y la buena camaradería,
sigues aniquilando mi ultima oscuridad
no vacilo al decir que he pasado más tiempo en tus rincones
que en la tumba floreciente de mis muertos
agonizo en esta helada madrugada
entre calles que convergen en tu puerta azul cielo,
ese cuartito anexo de adobe, aquella desolada banqueta
(escalón que me separa de mirar algún paso)
de la ventana que no tienes y que me haría saber de un respiro
entretanto parezco un lisiado al que se le olvido ponerse la prótesis
no hay épocas sin riesgo
y si alcanzas a ver mi completa destrucción
simultáneamente céntrate en deshacer mi imagen,
por ahora volveré con el animo del desposeído
a ondear la acides de aquello que ocupan mis pensamientos
y que no puedo borrar con cualquier distracción
=
Primera hora
no olvides hacer arder tus documentos
a la humedad y oscuridad les llevaría tiempo
entrégate a las inmundicias de la calle
a los malos rincones impenitentes
sin ningún presentimiento fortuito
agarra del suelo las revolturas del día anterior
aquellas hojas que no volverán,
que el relato no termine en el camino
no mires esos retratos de la pared
nada redime tu espera
olvida tu viejo escapulario
la antigua plegaria puede esperar
desconoce la meta a largo plazo
satisface ahora todos tus apetitos
mata la primera cerveza
evocando el riesgo
no te preguntes a donde ir
con el sobrante de tus bolsillos
ándate derecho
indaga un poco más
entre el griterío inmediato
deja que todo se oscurezca a tragos
que ese silencio no lo retiene ni el sueño,
forja la esperada llama sobre tu mano
no sigas a las mismas horas
que absorben todo lo que dejas atrás
al frío tacto de una mañana
entre algunos lados que esperan
ser consumidos por el humo
encontraras esas almas apagadas
sin ninguna prisa dibuja sus vacías miradas
que también sabrán olvidarte
no deambules quédate sentado.
=
Transpira
dime tu amante copa
donde la reconocimos
fue con esta luna
o sin ella
frente a estas sabanas roídas
o en la inclemencia
salimos por los rieles hirviendo
o por el camino viejo
en una reunión
de necesidades injustificables
donde reinaba quien fuera
o tanto como pudiera
en esta estancia
en la que encuentro mis mejores sabores
sin paz ni fe efímera
o fue aquella ultima vez
que caí entre las cenizas
y el polvo inundo esta luz
donde fue que la busque entre sueños
y aparecí aquí en esta tarde
siempre ante el desmayo
guiado por mis frágiles saltos
de noche entre la espera
decae este tiempo
y todo puede estar en donde aun no se llega.
=
Luriel Lavista (México, 1990). Autodidacta, Dibujante ocasional y Limpiaparabrisas. Gusta de la Música Electroacústica. Ha publicado en las revistas: Molino de Letras, Vomito de Letras, ERRR Magazine, Factum, El Humo y en Circulo de Poesía.