II
Nosferatu entra en un restaurante que abre las 24 horas.
Mira a su alrededor y hace un escaneo de la habitación.
Hay una joven pareja peleando en la esquina. Se pelean por el problema que tiene él con la bebida.
Hay jóvenes de color en una mesa hablando sobre ligar con las niñas de la iglesia.
Hay árabes viejos conversando en su lengua materna acerca de los problemas domésticos.
Hay chicas borrachas mostrando entre ellas imágenes de sus teléfonos celulares.
Nosferatu encuentra a Ako.
Ako está vestido con un suéter y unos pantalones vaqueros azules.
Ako le hace señas a Nosferatu.
Todas las noches Ako se sienta en el restaurante, toma café y mantiene la mirada fija en la ventana del local, algunas noches hace que lee un libro, pero la mayoría de las noches se mantiene con la mirada fija en la ventana del local y se distrae haciendo insinuaciones sexuales a las camareras.
Nosferatu se sienta enfrente de Ako.
No se miran, nunca lo han hecho.
Pasan los primeros veinte minutos, nada, no hablan.
Ako dice: “Está bueno el café.”
“Tina siempre viene con lo mismo.”
“Estaba pensando en comprar una bicicleta en Wal-Mart para luego lanzarme en contra de una pared. Sólo para ver si puedo hacer doblar una rueda”.
“Una vez, cuando estaba en Roma, entré a unos vestidores, y le chupé la sangre a unos veinte hombres, sólo porque estaba aburrido.”
“Fue divertido. Recuerdo cuando tú lo hacías”.
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Fernando Chávez-Finol (Venezuela). Arquitecto teórico y escritor. Twitter: @nanolaguna
Traducción aprobada por el autor.
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Noah Cicero (10 de octubre de 1980, Youngstown, Ohio). Narrador y poeta estadounidense.