Cinco poemas de «La edad de merecer» de Berta García Faet (Valencia, España, 1988) ~

polaroid 3 marco blanco
Berta García Faet / Fotografía por Carolina Otero

Berta García Faet (Valencia, España, 1988). Es autora de los libros Los salmos fosforitos (La Bella Varsovia, 2017), La edad de merecer (La Bella Varsovia, 2015), Fresa y herida (Premio Nacional de Poesía “Antonio González de Lama” 2010; Diputación de León, 2011), Introducción a todo (IV Premio de Poesía Joven “Pablo García Baena”; La Bella Varsovia, 2011), Night club para alumnas aplicadas (VII Premio Nacional de Poesía “Ciega de Manzanares”; Vitruvio, 2009) y Manojo de abominaciones (XVI Premio de Poesía “Ana de Valle”; Ayuntamiento de Avilés, 2008).

Los poemas aquí seleccionados pertenecen a su libro La edad de merecer (La Bella Varsovia, 2015).

***

Daño Nº 8

a los ocho años llegó el peligro
de poder reproducirme
empieza la cuenta atrás de los 400
óvulos      símbolo
del tiempo            
                  y la gomorresina
se filtraba
por la mínima boca del reloj de arena

la madre de mi madre enfática y dorada
me regaló un crucifijo             el hijo de Dios
esbelto y entregado       brotaba de la trenza
cuidado con el amor a partir de
ahora dijo ella
ahora ya eres toda una mujer
y el endometrio
imitaba a un pez anciano en su
descamación

el espanto de poder portar un bebé plegado
en mi intestino
por haberme besado ya con 3 o 4
primates           comenzó a expandirse
como una epidemia imaginaria              inauguré
la hipocondría          emprendí
el mal hábito de escribir poemas a todos los muchachos
y muchachas
con estrías suaves
y ojos suaves
que me manoseaban el corazón en el recreo

qué significa exactamente útero y qué significa exactamente
formar una familia

enid blyton implantaba el canon del verano en mi tímpano
y yo quería ser como jorge o como jorgina

en los aplausos de mis manos caían gotas
de sangre de delfín
aunque yo me fingía plenamente indiferente ante tanta
lluvia

a los 8 años a los 150 centímetros de hueso
alegre y músculo alegre
llegó el peligro de poder reproducirme
y de poder multiplicarme
sin literatura                        
                                                        y un sol azul
manchaba de estrógenos y progesterona
los geranios                                 y un sol azul
manchaba de vello recién nacido
las tímidas
axilas

***

Daño Nº 18

Creer que estás embarazada

Querer sexo (querer que quieran sexo
contigo) pero pasar el viernes sola

Ponerte en el pellejo de la hermana de Celan
que nunca apareció

Ver llorar a un anciano
que ha visto un reportaje en la televisión pública
sobre el abandono de ancianos; su triste párpado
               de repente
chasquea

Ir al ginecólogo y decir
creo que estoy embarazada

Desmayarte de nervios y dolor; el doctor te hipnotiza
con su insulto feroz “no sé por qué, querida,
te duele tanto este dilatador: es
para vírgenes”

Decirle a tu madre
he ido al ginecólogo
porque creía que estaba embarazada

Ah, ¿ya mantenéis relaciones sexuales completas?
Y sin precauciones, estoy decepcionada

Ver que tu madre está decepcionada, tu
madre está
decepcionada

Ponerte en el pellejo de Celan
que jamás encontró a su hermana
imaginaria

Ponerte en el pellejo de Giséle porque
Celan intentó estrangularla porque
jamás encontró a su hermana
imaginaria

Querer gustarle pero él te dice
si quieres vamos a mi cuarto o a tu cuarto

Lleváis apenas 10 minutos
con los besos no te fías
de él

Querer sexo pero no fiarse

Ah, ¿pero querías algo auténtico?
Y sin precauciones, estoy decepcionado

Me dijiste que tenías el corazón atado
al tobillo

Lo siento lo solté un momento me dormí
y se me escapó

Es un desobediente
Muy mal muy mal pídele perdón al chico

Perdón

chico

***

Autorretrato religioso


Para Alberto Acerete de la Corte y Unai Velasco

I.

yo, flor de algodón, desmigajada,
o infalible glicina que se abolla con aire,
o vieja rosa terca          piadosa          romántica
nunca abandoné
                               la esperanza escatológica

da vergüenza admitirlo, pero Dios no se destruye       solo
se transforma                   de ahí el socialismo
yo, muslos ardientes
de balcón soleado            lilium
antirium                            anastasias
lloro de belleza cuando abrazo a los perros

y solo intento decir (y la nube y el blanco)
que la idea de la Felicidad se manchó con 1.000 pétalos
humillados por un platón
de atenas o de egina

da vergüenza admitirlo, pero las ideas                 son
solo un residuo
nocivo                                 indestructible                 cenizas
de la infancia

y sin embargo nada me salva, porque no quiero salvarme
solo besar                   lo juro             pero tú nunca juras
pero tú
nunca juras

es
cierto

II.

confieso
que, en cada amante, planté semillas         pepitas de cobre
de árboles que necesitan ser salvados
con incendios                            o al revés      y viceversa

             un tintineo de mutismos ante el incomprensible atardecer
                                                                       anunciaba el apocalipsis
yo abandoné a jesús de nazaret
en la buhardilla                            cambié
su amor incondicional por torpe amor
condicionado

             los padrastros de los nogales tenían forma de hoja y yo
                                                                       me mordía las pezuñas

los niños católicos que fuimos católicos y, un buen día,

saltamos
al desierto de un egipto          peligroso          inclemente
somos felices                o           semi-felices
en las tierras agridulces de la
apostasía                                    sin              jesús de nazareth
                                                     sin
su desnutrición sin sus milagros
sin 
embargo

la nostalgia,
la nostalgia, querido george
steiner

III.

muslos ardientes
de balcón soleado        tenazmente abierta
a la ternura, a la luz                                        piernas
exógenas

tiendo al arquetipo de ventana
tiendo al arquetipo de ventana y el viento cruza por mi
                 pecho              porque mi pecho
es un túnel limpísimo                       mana
el vino         el ciervo
lo lame        está
escrito

lilium, antirium, anastasias
colegiala que sigue el discurso del sacerdote con precisión exaltada

yo quería ser profeta y gemía de pasión con el cantar de los cantares

da vergüenza admitirlo, pero no encontrarás en el mundo a nadie
que crea en el amor
con más intensidad con más fe con más fervor
que yo

yo
dije
tu nombre es como ungüento derramado

y creí        unir idioma y corazón
creí                    ser mejor que un buey             qué

tonta

***

poema sobre mirar el cielo de noche y pensar muchas cosas

yo que opino que la hipermetropía es una manera legítima de existir y que intento ser una buena persona y que estudio mucho ética y metaética y yo que lloro mucho con david hume y con los galgos maltratados y con los viejos maltratados y con la contaminación de las heces de las gallinas y sus obscenas celdas del tamaño de un folio A-4 y sus viscosas fiebres del tamaño de un subcontinente y yo que creo en los tirabuzones de los páramos y yo que ignoro todo y me pregunto qué hacer sin lenin y con cielo qué hacer con el mundo y su cabello cardado y reseco y cómo tocar sus huesos arcaicos y su praxis y el humo de su belleza impenetrable y yo que siempre siento la presencia de un humo fratricida del sabor umami de la leche cuando quiero verter una palabra amable y desaliñada en la gorra entreabierta del mendigo o del músico y yo que sé bastante del amor y que lucho activamente aunque con sueño o con sueños excesivos a favor de la pandemia global del perdón y de esperanza que arrase el planeta tierra tal y como lo desconocemos de una vez por todas y yo que sueño excesivamente sueños de carácter excesivamente erótico y a veces perverso y abrupto y que nunca le perdonaré a mi especie auschwitz rosa parks el estado-nación el dinero el niño muerto y yo que olvido mucho y que propongo encender una vela con todos vosotros juntos para recordar todos nuestros olvidos y yo que hurgo en la ranura dellogos y no encuentro nada y yo que tengo un progenitor A y un progenitor B y un hermano y una hermana y yo que aun así ignoro todo de la muerte y me pregunto qué cantar cuando anochece y qué cantar que no insulte al famélico o al translúcido o a la mujer bajo las piedras del odio y yo que tirito con virginal desasosiego en el instante crítico de tener que elegir un campo favorito o un animal favorito o un juicio moral verdadero tan solo un juicio moral verdadero yo me río un poco con envidia un poco con amargura sí lo admito me río un poco con amargura un poco con envidia un poco con resentimiento de la seguridad ontológica del hombre medieval, qué enternecedor

***

Emma

Para Emma

I.

Emma,           por ti traduje un libro feo
de castellano a inglés          quedó
ridículo

ceñí caligrafía           pasional e informativa
en las páginas medrosas         de la fricativa SHE

bebí un brebaje celta      dispuse versos ralos
te espié desde lejos                                     pero fue inútil:

ni te besé el perfil             ni agité tu colcha            tú
te fuiste        yo lloré                             nadie me vio           lo
típico

II.

Emma,        temí tu estatura
de cerilla    o ave
                                huí
del muslo blanco        quemé
un roble joven

me asustó el libre albedrío de las frutas prohibidas
por el Estado
deserté del surco entreabierto por la boca del amor
postgénero

confieso mi desliz:      no soy valiente
apolilla mi corazón     un ratón agrio

sigo el ritmo                 de la formación de montañas
tengo el sexo                del nenúfar gigante del amazonas
soy
torpe
                       bien, ahora lo sabes:               sigo el ritmo
del pecado capital
de la melancolía                                             escribo

poemas           con 3 años de retraso              esto mejor
por favor           no
lo leas

III.

Emma,        por ti canturreé afónica    cerca del muelle

y tú contradecías
mis juicios           sintéticos         a priori          (pobrecitos)
invocando el desencanto final de bertrand russell
(decir ELLA fue como extender un líquido         rojo como la 
sangre de orca asesina
pero no era sangre                 era vino feliz           era una rosa
irregular
sin gramática)
un día
para convencerme
recitaste una canción de Shiny Love:    Platt Fiction
ahora te imagino       en un escenario
con tu pelo rubio       y tu voz rubia          qué amor
                                                                                  desafinado
con qué agilidad
                              me escapé
                                                  de ti                me callé todo
deserté     sí      así

de fácil

IV.

Emma: Nantes             engarzaba colinas en raíles
de tranvía
y un río
              imitaba a la espina dorsal de una mujer de California

El arte no es mímesis         Si este poema fuera mímesis
tendría que retratarnos a ti y a mi                  aquella noche
en la parábola
del ventanal, todos
en huelga

la nuca al aire y
un lazo azul (dádiva y feudo),
proclamando que el oxímoron es parte de tu sex
appeal

ahora te imagino       en un escenario
con tu pelo rubio       y tu voz rubia     por ejemplo me arrepiento
de correr

ahora te imagino      por ejemplo me arrepiento de no apretar
tu mano
en un escenario        por ejemplo      sácame en una canción
si

te atreves

*

La edad de merecer (La Bella Varsovia, 2015).
Los poemas seleccionados están en las páginas 15-16, 19-20, 33-36, 51-52 y 65-68
ISBN: 978-84-943557-3-8

La fotografía de cabecera es de Carolina Otero.

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