Cuatro poemas de Noelia Palma (Argentina, 1984)

Helena Pérez García
Helena Pérez García

1
Lo juro, ahí está el silencio debajo de la mesa.
El cuerpo no me alcanza para agazaparme a recolectar,
repentinamente, toda esa noche mía.
Son muchas muertes.
Las más perfectas tienen cartas,
contestadores, shocks eléctricos.
Ahí está el silencio. Se hace agua
y algo resbala para siempre en mis rodillas.
Es esa pierna y el escalofrío, es ese ojo viéndome,
Haciendo el gesto, un guiño.
Lo juro, me froto en toda esa pena.
Se trata de un pichoncito atado al pecho.
Te ato, por dónde, no vayas,
no juntes el silencio,
mirate la boca.

Cuerpo, mi cuerpo: mirate la boca.

4
¿Yo soy la autora de mi sangre?
Sí, soy el fantasma escribidor de barcos, the writer of
the storm, la leprosa llamada a supervivencia.
El sístole diástole comido con las manos,
las versiones de llamar con furia bajo el agua.

7
Queda el ojo extraviado después de la última muerte, en medio de un océano que no da vértigo sino hijitos hemorrágicos. Pero no hubo nadie para cerrar las piernas bajo llave, ni lamer la herida hasta que el músculo se deshaga en manos y cuerpitos desvalidos. Queda el ojo extraviado viéndolo todo roto, ahí, las muñecas de Alejandra pegoteadas al amor de Yann Andréa Y Marguerite,

y yo está viéndome, también,
No, no me veas, yo, por favor. Estoy cortándome,
amputándome, llorándome de azul.
O sí. Mirame. Me estoy agarrando una teta, pushpush
saco mi leche, me doy de comer los trocitos de amor
que quedaron en el pecho. Quiero ser mi madre
para cuidarme de mí. Pero estás vos: Yo.
Cuidame, abrazame.
No sé si morirme o alimentarme con el cáncer
que hice crecer tantos años

yo miento y digo que soy niña, pero soy mi madre,
pushpush no tengo nada ya en el pecho, todo lo tragué y
soy azul para gritar,

Nadie. El mundo está solo. Yo me siento sobre la cama.
Estiro una mano y la otra. Las miro. Nadie. Las manos
están solas.

Un hombre dos hombres tres hombres para llorar.
Tengo solamente dos ojos. Es el desvarío, ahora.
Tengo solamente dos ojos. Solamente dos ojos.
Por cuál empiezo a llorar. El lloro debiera ser abrirse el
pecho o las piernas y parir la ausencia que sobra.

Qué sexo, ¿el que tengo en la mano?
Tu orificio es pequeño, no sabrás parirme la teta derecha
Ni el corazón estrujadísimo
No nonononononono
No, que no se vayan los hombres, los amados del útero.
Los amantes del delirio abierto. No puedo soltarlos,
No me dejes soltarlos.
No
nonononononononononononononononono.
Boi ha enlokeser. Coño. Punto. Putos. Punto y coma.

La teta derecha es feliz. Llora el nombre de uno al que le cuelga un pajarito entre las piernas. El pajarito cantautor de mi entrepierna. Es uno de ellos, la hombría en el pecho. Lo lloro porque tiene el delirio de muchos. Me lo dejo porque no me tiene.

8
Kerés ke yo me baya al carajo. Lo tengo. Lo estoy montando. Lo estoy ahogando. Pum. Se murió. ¿Lo maté? ¿Me maté? Bos kisiste ke yo me baya al carajo. Y lo hice. Enloquecí. Punto. Me llueve el mundo que no tengo, me supura el vientre pero no está hinchado. Lo sigo montando y está bien muerto. Dice unas palabras, incluso. Abre los ojos y dice vida. Pero está muerto. Lo voy a resucitar. Amén amén amén. Amame amame. Por favor, no te mueras, el amor es otra cosa, es un delirio, esta cosa, esto que ves es el amor que aprieto con las piernas, que encierro en el pecho, esta es la escritora que querías. Pajarito cantautor de la aletargada. Nos estoy mirando y rezo.

No nonononono puedo dejarte. Enloquecí, ahora, acá. Y me ahogué como las frutas en tu lengua. Y viajé para decirte el miedo y el dolor. Y me ahogué. Me estoy ahogando. Me duelen las tetitas de tanto alimentarte.

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Noelia Palma nació en Morón, Buenos Aires, en el año 1984. Fotógrafa. Traduce a Charles Bukowski. Su primer libro está pronto a publicarse en la editorial mexicana El Humo.

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